---CUANDO EL DESTINO NOS ALCANZA---
Julio Hernández López
Tal como en su momento fue denunciado, la mano que meció la cuna para que el reprobable Arturo Chávez Chávez fuera nombrado procurador general de injusticias impulsa ahora a Mauricio Farah Gebara para que sea el próximo presidente de la Comisión Nacional de Derechos Beltrónicos (CNDB). Dando y dando: los senadores priístas votaron a favor de la propuesta felipilla para la PGR (con el lamentable argumento de que preferían ese candidato malo, pues Los Pinos les podía mandar uno peor, y arguyendo que dejaban a Calderón la responsabilidad completa”, no a medias, de esa polémica propuesta) y ahora es de esperarse que en la política del cambalache entre cárteles partidistas, los de blanco y azul se adhieran a la propuesta de quien ayer, en insólito ejercicio de precocidad democrática, según eso para estar en condiciones de “aspirar”, renunció a su cargo de quinto visitador de la inflada, derrochadora e inútil comisión todavía a cargo de José Luis Soberanes.
Según el currículum disponible en la página electrónica de la CNDH, el mercantilmente predestinado Farah Gebara sólo tenía el antecedente de ser secretario administrativo de esa comisión, sin experiencia ni participación académica ni cívica en materia de derechos humanos, antes de ser nombrado en febrero de 2005, por razones ignotas (¡ah, los caminos del tianguis político son inescrutables) quinto visitador de la CNDH (ya a partir de que asumió esa chamba produjo, como era obligado, distintos materiales y dio conferencias relacionadas con su encargo, sobre todo en temas de migración y de –juar, juar– defensa de los periodistas). En realidad, su orientación profesional está visiblemente cargada a asuntos de análisis electoral (su maestría en política y gobierno, obtenida de la Universidad de Essex, tuvo como tesis El PRI y la liberación política en México). Pero Farah comparte expectativas de crecimiento político con Pablo Escudero, quien era oficial mayor de la CNDH; casó con Sylvana, la hija del poderoso senador Beltrones, y ahora es diputado federal electo por el partido comercial del tucán verde. Según la revista Quién, convertida por las circunstancias en indispensable espacio de confidencias sobre emparentamientos políticos y empresariales, “fue su propio suegro, Manlio Fabio Beltrones, quien lo propuso como candidato plurinominal por los verdes. El senador sonorense aprovechó la alianza del PRI y el PVEM para convencer a Jorge Emilio González y registrar a su yerno en la lista de los candidatos”.
Un enredo más de querencias ha sido destapado por otro mecedor de cunas (en este momento especializado en mover un moisés toluqueño): dice el provisionalmente jarocho Salinas que el panista chihuahuense Javier Corral, que le ha acusado en San Lázaro de ser jefe de jefes, acudía a su residencia a pedir “apoyo” para iniciativas políticas. Críticas públicas y afectos privados, ha titulado Carlín Salín este rodaje de revelaciones sobre virtudes y vicios de la política bipartidista mexicana.
Por cierto, años atrás, cuando su condición era de virtual autoexiliado (la causa de su destierro estaba en decisiones tomadas por él durante su propio gobierno), Carlos Salinas de Gortari era asociado con desgracias naturales, sobre todo movimientos sísmicos, cada vez que asomaba la testa a suelo mexicano. Ahora que cree estar en vías de franca recuperación pública, el licenciado ha visto coincidir con infortunios populares lluviosos otra de sus andanzas restauradoras, ésta vez en el Veracruz de la “precandidatura” presidencial fidelina diseñada para chantajear con algún cargo federal más delante o para convalidar Barbies atlacomulcas. Del chamoy de la caldera grande a la salazón del sabidamente salino.
Astillas
Durante cinco años, La Jornada San Luis sufrió el embate del gobernador panista Marcelo de los Santos. El 23 de marzo de 2004 le anunció personalmente al director de ese medio (el mismo tecleador que aquí astilla) que suspendía toda relación publicitaria mientras no se aceptara su pretensión de elegir encabezados y diseño de la primera plana del diario cuando así lo decidiera. El 18 de junio de ese mismo año, sus funcionarios secuestraron la edición en que se daba cuenta de la promesa de maniobras con dinero público para favorecer a la Minera San Xavier (la Comisión Estatal de Derechos Humanos, presidida por Magdalena González Vega, expidió la recomendación 12/05, derivada del expediente CEDH-QO.561/04, en el que luego de una amplia investigación aseguró que se habían producido “violaciones al derecho a la información y a la libertad de prensa”). Para denunciar la política arbitraria y excluyente de ese gobernador, el astillado director de La Jornada San Luis irrumpió en la ceremonia oficial de entrega de los premios estatales de periodismo para decir de frente al mencionado panista lo que de él se pensaba. Enseguida se inició una caminata desde la capital potosina a la ciudad de México, en defensa de lo que se llamó “el periodismo necesario”. Y momento hubo en que frente a la oficina del gobernador se realizó un acto público de apoyo al diario, con la asistencia de Magú, Jaime Avilés, Chaneca Maldonado, Gabino Palomares y periodistas de otras entidades, bajo el lema “Que viva La Jornada San Luis”. Este sábado, entre rechiflas, tachado de represor y corrupto, De los Santos dejó el gobierno potosino (días atrás había recibido huevazos en la plaza de armas). Se cumplió el objetivo de sobrevivencia trazado en 2004 (seguir en pie cuando menos hasta llegar al 27 de septiembre de 2009, un día después de que De los Santos dejara el poder): Marcelo se ha ido y La Jornada San Luis vive. Es posible que la difícil situación económica del país acabe dañando a un diario tocado por el boicot que en el tramo final del marcelismo fue levantado parcialmente. Pero eso ya será otra historia, más allá del capricho de un gobernante al que el periodismo de pie resistió sus caprichos y presuntas sentencias de muerte. ¡Hasta mañana!
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