29 de Septiembre, 2009 - 00:00
Para que Juanito incumpla su palabra tiene que tomar primero posesión del cargo y después no solicitar licencia, o sea, hacer lo contrario de lo que prometió ante el pueblo de Iztapalapa.
Hasta que eso no ocurra no podemos afirmar que es un traidor y que se vendió o se deslumbró por el dinero que le ofrecieron para golpear, a través de él, a Andrés Manuel López Obrador. Por lo tanto, la moneda todavía está en el aire.
Aunque todos los medios de comunicación dicen estar seguros de que Juanito no cumplirá su palabra, yo en lo personal tengo mis dudas.
Igual y su jugada es traicionar a los que lo animan a la traición.
Esto lo digo porque un día expresó que le habían ofrecido 100 millones de pesos pero que todavía no iba a decir quién se los ofreció, o sea que tiene en la mente confesar cómo estuvo el arreglo de la anhelada traición por parte de aquellos que pueden ofrecer 100 millones de pesos para golpear a su enemigo político.
Hasta el momento los medios manejan la percepción de Juanito como un tipo listo que salió corriendo a vender la confianza que el pueblo de Iztapalapa depositó en sus manos, y darle la vuelta a la injusticia que el tribunal electoral cometió contra Clara Brugada.
Nadie habla de los buitres que persiguen a Juanito día y noche para hacerlo caer en la tentación.
A nadie tampoco se le ha ocurrido que Juanito, una vez convencido de que traicionar no es un pecado tan grave, decida traicionar a los traidores.
Yo lo he pensado y creo que sería una salida sensacional de Juanito, con la que conservaría el aprecio de la gente de Iztapalapa y detendría una serie de conflictos que pueden derivar en actos violentos. En fin.
Mientras Juanito no tome posesión y no haga pública su decisión de permanecer en el cargo que el pueblo de Iztapalapa no le otorgó a él sino a Clara Brugada, nadie puede hablar de traiciones.
Si nos han traicionado dirigentes, intelectuales, gobernadores, periodistas y ciudadanos que se decían de izquierda, que nos traicione Juanito no sería novedoso porque lo común no decepciona. Lo realmente admirable es la firmeza del pueblo que a pesar de los traidores sigue apoyando a Andrés Manuel López Obrador
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