PAQUETE ECONOMICO.25 de Septiembre, 2009 - 00:00
Ahora le tocó comparecer al secretario de Educación, Alfonso Lujambio, quien aclaró ante la comisión del Senado que por ningún motivo y bajo ninguna circunstancia dejará de ejercer su autoridad, refiriéndose por supuesto a la imposición de la nueva reforma educativa de Gordillo.
Se le olvida o ignora el lujoso Lujambio que en principio la autoridad no se obtiene por la designación o imposición en un cargo sino por el conocimiento y la experiencia.
Se refirió con cierto desprecio a los maestros al aceptar que son ellos los operadores de las reformas dentro de las aulas, y tiene toda la razón porque si el maestro decide enseñar a sus alumnos los temas que los nuevos libros omiten o les inculca valores humanos mediante el arte y la cultura, difícilmente podrán evitarlo las “autoridades” que lo único que persiguen, por encargo de la Gordillo, es adiestrar a los niños y a los jóvenes para el trabajo mal remunerado, mano de obra barata como quien dice.
A manera de amenaza lanzó un mensaje: “en tanto yo sea el titular de la SEP no renunciaré a ejercer mi autoridad”, que en su caso se trata en realidad de un autoritarismo puesto que no cuenta con la experiencia ni los conocimientos necesarios para el cargo que le dieron en Los Pinos.
La autoridad convence mientras que el autoritarismo reprime, señor Lujambio.
Otro grave error cometido por la “autoridad educativa”, fue quejarse de que a la SEP se le recortará más presupuesto que a la UNAM, y le molesta porque para él la UNAM no significa lo que para millones de mexicanos orgullosos de haberse formado en la máxima casa de estudios, reconocida internacionalmente.
Qué falta de solidaridad la de Lujambio con la educación media y superior, en vez de protestar enérgicamente por el poco interés de este gobierno espurio en la formación de las nuevas generaciones, hace berrinche como los niños malcriados
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