Se avecinan cambios en el GDF
Miguel Ángel Velázquez
¿Por qué tendría que ser de otra manera? Enlodados como están, a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no tenía por qué importarles sumirse más en el descrédito y la deshonra. Total, ninguno de ellos pelea un lugar siquiera de respeto entre la sociedad, y menos aún en la historia.
Junto con ellos, los acólitos del todo se vende, todo se compra, no alcanzan a entender que las leyes que rigen las elecciones se hicieron para evitar que los dueños del dinero se aprovecharan de las necesidades de las mayorías empobrecidas y compraran sus voluntades.
Evitar que el voto se pervirtiera era una de las más importantes tareas del aparato que inventó el neoliberalismo para hacer creer a quienes atendieran a sus patrañas en el cuento de su democracia, pero de lo que se trataba en realidad era de dar un certificado de legalidad al fraude.
Por eso, el fallo del TEPJF no sorprendió a nadie. Después de que la sala superior del organismo calificó de legal la entrevista de Demetrio Sodi en la televisión, no se podía esperar que los magistrados de segunda desviaran la línea que ya habían trazado sus jefes. Era impensable.
Los datos duros que señalaban con toda claridad las maniobras sucias de Sodi, como condicionar las becas para los jóvenes a su triunfo, no fueron tomadas en cuenta por los magistrados, quienes simplemente ignoraron todas las pruebas que daban fe de cómo se pervirtió el voto, para obedecer, en automático, la línea inaugurada en 2006 por sus antecesores en ese organismo.
Tampoco se tomó en cuenta la confesión del panista Carlos Orvañanos, quien admitió –así lo hace constar una grabación– que recibía dinero de la organización comercial Servitje para financiar la campaña por la delegación Cuajimalpa.
Los datos sí los conocieron, sí existen, pero no tuvieron importancia para los juzgadores, que sí tienen en conciencia que lo correcto, lo legal, es mantener la idea de que las elecciones las gana el que tenga más dinero para comprar votos. Total, se viola la ley, pero tantito.
El mensaje para todos quienes pretendan entrar a una competencia electoral está claro: no importan ya las promesas de campaña, ni los discursos, ni menos aún los proyectos de trabajo. No importa quién sea el mejor para la población: lo que se necesita es dinero, dinero que compre votos, que descarrile voluntades. Eso no es legal, pero en los tiempos de las desvergüenzas funciona para llegar al triunfo.
Así, los hijos del “haiga sido como haiga sido” celebran el respeto a los sufragios emitidos, mientras la democracia que pregonan se va a pique, y da idea de que los organismos que han creado para honrar el sufragio no son más que otra de sus muchas trapacerías.
De seguir este mismo tribunal en funciones para las elecciones de 2012, es seguro que la prostitución del voto será el rastro que seguirán unos y otros, enterados de que la voluntad popular tiene precio y la democracia no tiene permiso. Ni modo.
De pasadita
El otro asunto que estallará en algunas horas más será la designación del nuevo presidente de la Comisión de Derechos Humanos del DF, y eso está que arde. Por cierto, ¿sabían ustedes que quien llevó de la mano a Marieclaire Acosta hasta el despacho de Marcelo Ebrard fue el subsecretario de Gobierno, Juan José García Ochoa? Ya hablaremos del asunto.
Y para terminar les avisamos que todo está listo para los nuevos nombramientos, y quizá hasta algunos cambios en la formación de la jefatura de Gobierno. Atentos a las sorpresas que se empezarán a dar en cuanto comience octubre.
ciudadperdida_2000@yahoo.com.mx • ciudadangel@hotmail.com
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