lunes, 28 de septiembre de 2009

A García Luna, todo el poder

C. ACOSTA Y J. CARRASCO
Si bien condicionó los programas sociales a la aprobación del impuesto de 2% generalizado al consumo, el presidente Felipe Calderón no escatimó recursos a la Secretaría de Seguridad Pública, cuyo titular, Genaro García Luna, concentra cada vez más dinero, hombres y poder. Un análisis del proyecto de presupuesto para 2010 revela que la lucha contra el narcotráfico y la inseguridad permanecen como pilares de la actual administración y que no variará la estrategia basada en el despliegue policiaco y militar.

En su proyecto de presupuesto para 2010 Felipe Calderón va por más efectivos para su "guerra" contra el narcotráfico: pretende incorporar a 12 mil 347 hombres en las corporaciones de seguridad e inteligencia, cifra que supera al recorte de personal que prevé con la desaparición de tres secretarías de Estado.

Más de la mitad de esos refuerzos son para su más estrecho colaborador, el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, a quien en tres años Calderón ha convertido en el hombre fuerte del gabinete de seguridad y a quien ya dotó de más de 40 mil efectivos.

Los 10 mil despidos que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, adelantó el pasado 14 de septiembre por la anunciada desaparición de las secretarías de Turismo, Reforma Agraria y Función Pública, le serán útiles a Calderón para su discurso de austeridad.

Pero en realidad su proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2010 prevé la creación de más plazas. Sólo que éstas serán para las áreas que han marcado a su administración: la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina (Semar) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

De las 12 mil 347 nuevas plazas, más de la mitad –6 mil 804– serán para García Luna, quien las distribuirá entre la Policía Federal (PF) y el Servicio de Protección Federal, un nuevo órgano policial creado por Calderón en diciembre del año pasado.

Concebido como órgano desconcentrado de la SSP, y con autonomía técnica y operativa, el Servicio de Protección Federal se dedicará a vender vigilancia a las instalaciones de los tres poderes del Estado, pero al mismo tiempo hará funciones de inteligencia y seguridad en todo el país.

Este nuevo cuerpo policial, cuyo titular tendrá el cargo de comisionado y será designado por Calderón a propuesta de García Luna, es el principal beneficiado en el proyecto de presupuesto, pues se le autorizan 4 mil 932 elementos.

Con excepción de los operativos en estados o municipios, el Servicio de Protección Federal podrá cobrar por los servicios de custodia, vigilancia y seguridad que proporcione a dependencias, entidades administrativas federales, órganos de carácter federal de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como a los organismos autónomos, según se establece en su decreto de creación firmado por Calderón el 9 de diciembre de 2008.

Además, en caso de que se apruebe la propuesta, García Luna podrá disponer de mil 872 nuevos efectivos para la PF. Con los 38 mil 340 policías que tiene ahora, está previsto que la SSP llegue el próximo año a 45 mil 344 elementos, igualando el número de efectivos que la Sedena recambia cada mes para los operativos contra el narcotráfico.

Este es un extracto del reportaje principal que se publica en la edición 1717 de la revista Proceso que empezó a circular el domingo 27 de septiembre

... Y sus muchachos, enlodados
RICARDO RAVELO
A raíz de la captura de Jesús Zambada García, El Rey, en octubre de 2008, se puso al descubierto la infraestructura que controlaba el capo del cártel de Sinaloa en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Ahora se sabe, a partir de testimonios de los implicados en el caso y de testigos protegidos, que agentes y funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública, algunos de ellos cercanos a Genaro García Luna, se beneficiaban del negocio.

Agentes de la Policía Federal, en su mayoría exmiembros de la Agencia Federal de Investigación (AFI), crearon una red de protección en las dos terminales aéreas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para facilitar la llegada y salida de cargamentos de cocaína y dinero que manejaba el cártel de Sinaloa a través de Jesús Zambada García, El Rey, según la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/0350/08 y el acta circunstanciada PGR/SIEDOUEIDCS/AC/1016/2008.

Esa red, que comenzó a operar en este sexenio, contó con el respaldo policiaco y presuntamente con la complicidad de altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) y de la Procuraduría General de la República (PGR), revelan las investigaciones.

El Rey disponía de aeronaves para transportar cocaína, así como de helicópteros para realizar sobrevuelos de vigilancia, una flotilla de pipas para abastecer de turbosina a las naves y de aviones chatarra. Así, el cártel de Sinaloa podía seguir los movimientos de droga de las organizaciones rivales.

Además, tenía a su servicio a buena parte de los policías fiscalizadores de equipaje, quienes en contubernio con agentes federales custodiaban las maletas con dinero que llegaban de Sudamérica o salían hacia allá para cubrir los pagos de sus abastecedores de droga. Las investigaciones señalan que el capo les retribuía sus servicios con dólares.

En este tejido de complicidades también participó el agente de la Interpol adscrito al AICM: Edwin Said González Isaías, según la declaración de varios testigos protegidos, entre ellos María Fernanda y El Tigre. Ambos aseguraron que él era enlace principal entre la célula criminal encabezada por los hermanos Ismael y Jesús Zambada García y altos mandos de la SSP y policías federales asignados a la terminal aérea de la Ciudad de México.

En su declaración del 28 de octubre de 2008, ocho días después de la captura de El Rey y su banda, María Fernanda afirmó que: su función era la de inteligencia, así como la de encontrar autoridades para sobornarlas a efecto de que nos brinden protección y nos proporcionen información de otros grupos delictivos…Y dentro de esa actividad conocí a un agente de la AFI, el cual se llama Edwin (el de la Interpol, según se refiere en las averiguaciones)…al cual le pagaba la cantidad de 10 mil dólares mensuales para que trabajara con nosotros, ya sea pasándonos información, brindándonos protección o también ayudándonos para sacar las maletas del aeropuerto que traían cocaína…

A ese grupo que servía a los Zambada García pertenece Édgar Enrique Bayardo del Villar (ahora identificado en los expedientes de la SIEDO como el testigo protegido con clave Tigre), quien fue inspector de Operaciones Especiales de la desaparecida PFP, así como subprocurador de Justicia de Tlaxcala.

Cuando trabajó en la SSP, Bayardo fue uno de los hombres de confianza de Genaro García Luna. Su jefe inmediato, Víctor Gerardo Garay Cadena, quien se desempeñó como comisionado interino de la PFP hasta el 31 de octubre de 2008, también está implicado con el narcotráfico, aunque trabajaba para los hermanos Beltrán Leyva.

Este es un extracto del reportaje que se publica en la edición 1717 de la revista Proceso que empezó a circular el 27 de septiembre

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