viernes, 25 de septiembre de 2009

Denise Maerker--Atando cabos--Fijense en el tamaño del miedo, que no se sepa como votaron.


Como Pilatos

No les gustó el candidato y no lo ocultaron. Sin embargo, cuando tuvieron que decidir y votar, se lavaron las manos y aceptaron la propuesta del Presidente.

Arturo Chávez Chávez es el nuevo procurador general de la República, a pesar de que es un perfecto desconocido y de que carga a cuestas con señalamientos muy serios por su desempeño como procurador de Justicia de Chihuahua. No importó. El presidente Felipe Calderón lo nombró y los senadores lo ratificaron.

El voto de los priístas era clave. El lunes, cuando Chávez Chávez compareció ante comisiones, los senadores priístas abiertamente se preguntaron si el candidato del Presidente tenía el conocimiento, la personalidad y el prestigio que se necesitan para ocupar esa posición y, sobre todo, para enfrentar la fuerza y el poder del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. La respuesta era de todos conocida.

Sin embargo, ayer, disciplinados, los senadores priístas votaron la ratificación de Chávez Chávez. La verdadera razón es un misterio que sólo el tiempo delatará (habrá que estar muy atentos cuando se elija al sustituto de Soberanes al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos).

Por lo pronto, la explicación que dieron no tiene desperdicio. Jesús Murillo Karam subió a la tribuna y en lugar de explicar las cualidades ocultas que descubrieron en Chávez Chávez, o defender lo que decían en los pasillos de que era el menos peor, cuestionó llanamente el que se les pidiera la ratificación. Es decir, para el PRI es mejor que ni les pregunten porque eso de asumir parte de la responsabilidad no es lo suyo. Valiente partido. Así lo dijo Murillo Karam: “El procurador depende del presidente de la República, y en consecuencia nosotros asumimos como fracción parlamentaria que es preferible dejarle la responsabilidad plena que dejársela a medias”. De salida agregó: “…la ratificación a lo que nos obliga es a no dejar pasar un nombramiento que no tenga el fundamento legal que la propia Constitución señala”. Es decir, si tuviera antecedentes penales entonces sí se lo pensarían.

Llega un hombre débil y debilitado a una posición con un inmenso poder. Tan lo saben los senadores que el mismo presidente del Senado pidió en una reunión previa que el voto fuera secreto y en una ánfora, por el temor de algunos senadores de que una vez que fuera ratificado el procurador Chávez Chávez pudiera actuar en contra de quienes se opusieron a su nombramiento. Y eso que ellos son senadores y tienen fuero. ¿De qué tamaño tendría que ser el miedo del resto de los mexicanos?

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