Enrique Galván Ochoa
El Aga Kahn es el líder religioso hereditario de una secta musulmana, los ismailitas nazaríes. Su influencia se extiende sobre algunas regiones de Asia y África. Según la tradición, sus fieles le regalan su peso en oro cada vez que cumple años. Carlos Slim cumple hoy 70 y su fortuna excede infinitamente su peso en oro, aunque es un hombre de más de 90 kilos. La revista Forbes lo coloca en el segundo escalón de la riqueza mundial, sin embargo, es probable que le corresponda el primero, por encima de Bill Gates y Warren Buffet. La revista le calcula una fortuna que oscila en 50 mil millones de dólares. En 2009 sufrió una baja considerable al desplomarse las bolsas de valores, pero se recuperó en la parte final del año, inclusive, la bolsa mexicana marcó un récord este año. En cualquier caso el cálculo de Forbes es incompleto, porque sólo contabiliza el valor de las acciones de sus empresas bursátiles, pero no suma su fortuna personal. No es difícil que alcance ya los 70 mil millones de dólares. Hoy, al cumplir 70, corresponderían mil millones a cada uno de sus años de vida. Un caudal inmensamente superior al peso en oro del mítico Aga Kahn. Fortuna, por cierto, difícilmente explicable, o justificable, en un país como el nuestro, donde más de la mitad de la población es muy pobre.
La punta del hilo
Slim narra una historia color de rosa sobre el origen de su dinero, en su portal de Internet. Para buena parte de la opinión pública, sin embargo, está ligado a la inescrupulosa privatización de empresas que eran propiedad de la nación. Carlos Salinas de Gortari le vendió Telmex en una operación cuyos términos todavía se discuten. Hay argumentos, no débiles, a su favor: en otras manos Teléfonos de México pudo fracasar, como naufragaron algunas compañías privatizadas, incluyendo a los bancos. En cambio, Telmex ha prosperado y se ha multiplicado, dando nacimiento a otras corporaciones enormes, como América Móvil, dentro y fuera de México. Eso habla de un talento sobresaliente de Slim en cuestiones de dinero, de una gran astucia y un excepcional sentido de oportunidad para aprovechar los resquicios de un país con una clase política cuyas debilidades todos conocemos. Merecen mención las fundaciones que ha creado con fines de beneficencia, como la Fundación Carso para la Salud, aunque sus detractores –que no faltan– opinan que su generosidad sólo se manifiesta cuando es deducible de impuestos.
Del PRI al PAN
Cortejado, halagado, temido, a últimas fechas engallado, sobrevivió al cambio de gobierno. Hizo su fortuna en tiempos del priísmo. Una foto que le fue tomada a las afueras del edificio del PRI, en compañía de Enrique Jackson la noche de la derrota de Francisco Labastida Ochoa, denota su desconsuelo. Los nuevos ocupantes de Los Pinos, la señora Marta y Vicente Fox, llegaron buscando dinero y sabían que Slim lo tenía de sobra. Pronto incorporaron a sus empresas a la lista de donantes de Vamos México. Hay un dato que poco se toca en los medios: las compañías telefónicas son un puente indispensable en las tareas de espionaje de los gobiernos.
El sueño imposible
No todo ha podido comprar el dinero del magnate. Se salva, por ejemplo, el restaurante clasemediero de mi amigo Marco Rascón, en cuyo menú aparece una desafiante e hilarante frase: “Este lugar no es propiedad de Carlos Slim”. Y tampoco ha podido adquirir la franquicia de un canal de televisión. Es un lío entrampado en las rodillas. Posiblemente el gobierno panista piense que ya es bastante penoso vivir de rodillas ante el poder de Televisa y TvAzteca para todavía tener que doblar el espinazo ante la cadena Slim-Tv. El rechazo lo tiene enojado, se queja de que le amarran un brazo. ¿Pero cuál de todos? A veces incurre en situaciones de humor involuntario, porque tiene más que un pulpo.
La sucesión
Hoy, pues, don Carlos cumple 70 años. Ha anunciado su retiro varias veces, pero no parece tener prisa. Sufrió un grave problema cardiaco en años pasados, lo superó. Ha venido preparando a sus hijos varones para la sucesión: Carlos, Marco Antonio y Patricio. También sus yernos trabajan para él, y son muy ambiciosos: Arturo Elías Ayub, a cargo de la imagen del grupo, y Daniel Hajj, director de América Móvil. Sobrevendrán cambios interesantes cuando, ya sin el patriarca, los herederos se repartan la fortuna. Pocas han sobrevivido más de un siglo. ¿Dónde están los magnates del siglo XIX y anteriores? Quizá Slim está muy consciente de la finitud de la memoria y quiere dejar una huella duradera de su paso. Levanta un museo en Polanco, que es como la pirámide que un faraón egipcio hubiera deseado para cruzar las procelosas aguas del Nilo. ¿Y sus romances? Es muy discreto. Recientemente se habló de un probable matrimonio con la reina de Jordania. Luego se supo que no prosperó porque la llamaba por cobrar.
www.carlosslim.com/
@Vox Populi
Asunto: bolseado en la Afore
Después de que dejé toda mi vida útil en las aulas escolares, por fin me jubilé como maestro de medio tiempo hace 15 meses. Supe que mis ahorros (SAR) se encuentran en Profuturo GNP, financiera que siempre desconocí y no sé cómo rayos fue a caer mi dinero en esa cueva de mercaderes. Tramité toda mi documentación desde hace tres meses para rescatar mis ahorros, ¿y sabe cuánto me depositaron esos saqueadores del Fobaproa y del IPAB? 385 pesos con cero centavos. Había consultado mi saldo por Internet y esperaba, mínimo, 39 mil pesos. Y Calderón todavía tiene el cinismo de ladrar: “Para que vivas mejor”. Enrique: usted disculpe, no tiene la culpa de mi indignación.
José Luis Morales Ibarra/Ciudad Victoria
R: Estimado maestro: supongo que el gobierno se apoderó de sus ahorros para financiar su pensión. En una perspectiva más amplia, no olvide que la riqueza de unos cuantos necesariamente implica la pobreza de muchos. Es lo que hace desigual a un país.
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