Carlos Fernández-Vega
El sastre disfrazado de inquilino de Los Pinos dio ayer la última puntada al traje a la medida que confeccionó para dos empresas monopólicas, que destronarán a otro consorcio con idénticas características. Tan sólo dos meses y 15 días le tomó al hábil costurero michoacano manufacturarlo, y ayer el modelito fue presentado en sociedad por uno de sus aprendices, con lo que Televisa (de Emilio Azcárraga, con Roberto Hernández a la diestra) y Telefónica (la trasnacional española presidida en México por Francisco Gil Díaz, ex secretario foxista de Hacienda y entenado del propio Hernández) ya pueden presumir la prenda, que no es otra que el reparto del pastel para explotar con fines comerciales la fibra óptica propiedad del Estado.
No hay duda de que es espeluznantemente ineficiente en muchas otras cuestiones, como Fox entenderá, pero entratándose de compromisos con el gran capital el inquilino de Los Pinos suele ser más rápido que una saeta, y entre la “extinción” de Luz y Fuerza del Centro (único “estorbo” para el jugoso negocio privado con bienes públicos) y la licitación del enorme tendido de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad, propiedad del Estado (21 mil kilómetros), ayer anunciada por el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, apenas transcurrieron dos meses y medio, y en el inventario de novedades sobresale que Telmex no está invitado al festín, de tal suerte que Carlos Slim puede transitar de la amenaza a los hechos, en el sentido de hacer maletas, llevarse sus canicas y despachar en otro país, mientras Televisa y Telefónica cubren el espacio, con las mismas prácticas.
Con agilidad que ya envidiaría la creación de empleos, la superación de la pobreza o cuando menos la solución del conflicto con el SME, Calderón metió a fondo el acelerador y siguió la ruta crítica: 10 de octubre de 2009, toma de las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro por la Policía Federal Preventiva, no sin antes repartir garrotazos a diestra y siniestra entre los electricistas; 11 del mismo mes, decretazo de madrugada para “extinguir” la hasta ese momento paraestatal, por significar, según la versión oficial, “un lastre para las finanzas públicas” (aunque se ha demostrado hasta el cansancio que el único lastre era su junta de gobierno, presidida por la secretaría de Energía, Georgina Kessel, quien fue totalmente excluida de la confección del citado traje a la medida, no obstante que el tendido de fibra óptica a “licitar” es de la Comisión Federal de Electricidad, cuya junta de gobierno también preside, y no de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes); 23 de ese mismo mes, publicación de las “prebases” (a partir de las cuales “se modificaron los proyectos, el proyecto original de bases en algunos temas, por ejemplo; las fechas se modificaron para otorgarle más tiempo a la industria para estar en posición de presentar sus posturas; se nos solicitó un poco más de tiempo dada la importancia y la novedad de esta licitación; también el procedimiento de selección de ganadores para establecerlo en dos rondas”, según comentó Molinar Horcasitas) y 26 de enero de 2010, publicación de las bases de esta licitación.
Tan sólo 75 días invirtió para poner al servicio del capital privado monopólico alrededor de 21 mil kilómetros de tendido de fibra óptica, que a la nación le costó algo así como 30 mil millones de pesos en inversión (iniciada en 2006, con Francisco Gil Díaz en la Secretaría de Hacienda, es decir, la que autorizó el dinero para tal fin), mismos que se ahorrarán las empresas del traje a la medida y el reparto del pastel, no sin olvidar la “exención” fiscal que los siempre gentiles legisladores tuvieron a bien concederles (más de 5 mil millones de pesos, en plena crisis de las finanzas públicas) para que arranquen correctamente el nuevo negocio.
A partir de ayer, los “interesados” tienen como límite el 12 de febrero “para la presentación de preguntas respecto de estas bases de licitación”; el primer día de marzo “tendremos (Molinar Horcasitas dixit) una sesión de respuestas, en la cual todos los potenciales licitantes oferentes pueden participar para obtener esa información”; el 5 de abril, “al regreso de Semana Santa” (por nada se pierde las vacaciones) los susodichos “interesados” entregarán la documentación respectiva; el 14 de mayo se otorgará la constancia de participación; el 25 de ese mismo mes la propuesta económica de la primera fase (existen dos fases) y el 9 de junio el (conocido) fallo (para las del traje a la medida). Y listo: así de simple, así de sencillo, así de rápido queda en manos privadas la infraestructura del Estado, “que no se privatiza”.
Bien por el aprendiz Molinar Horcasitas (¿no tendría que haber participado el director de la CFE, Alfredo Elías Ayub, aunque fuera como invitado de piedra?), quien fue el encargado de presumir el modelito. Le preguntó la colegiza sobre los “potenciales participantes”, y el abajo firmante de las prórrogas de las guarderías subrogadas por el IMSS dijo así: “mire, de las 16 personas que hicieron preguntas (en la etapa de las prebases) sí recuerdo que Televisa lo hizo, no estoy seguro si Tv Azteca, pero lo hizo a través de Bestel Televisa; Iusacell, si no mal recuerdo, manifestó interés e hizo preguntas; en fin, son quienes participaron” ¿Y Telmex? “Bueno, no es una decisión de esa empresa, es una decisión del Estado mexicano y de la Comisión Federal de Electricidad que, sin duda, encabezada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en este proceso, sin duda alguna, beneficia la industria de telecomunicaciones, a la economía mexicana de sus consumidores...” En fin, que de las 16 que tenía, sólo le quedó una, más “el interés” de Telefónica.
Alrededor de 30 mil millones de pesos le costó al erario nacional el tendido de 21 mil kilómetros de fibra óptica. ¿Cuánto recibirá a cambio de los privados? “Los precios mínimos que se ha fijado a través de INDAABIN, en los términos de la ley, son los siguientes: por la ruta del Pacífico, 358.1 millones de pesos, como precio mínimo; la ruta del centro, 255.3 millones; la ruta del Golfo, 245.2 millones. El total es de 858.6 millones de pesos, como precio mínimo. Se trata de una licitación diseñada en tres rutas, con un valor mínimo de referencia de 858.6 millones de pesos”.
Negocio redondo, sin duda, aunque no precisamente para los mexicanos.
Las rebanadas del pastel
El FMI adelanta que la economía mexicana “crecería 4 por ciento” en 2010. ¡Felicidades!, pues de concretarse la tasa anual promedio de “crecimiento” en cuatro años de estancia calderonista sería de un fabuloso 0.3 por ciento, un récord, a todas luces, pero en sentido contrario.
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