Este gobierno espurio de Calderón libra otras guerras además de la fallida, sí, esa guerra perdida contra el narcotràfico que aceptó para ocupar una Silla que le quedó demasiado grande. Desde luego que los perversos medios de comunicacón coludidos con el sistema no hablan de esas otras guerras que también sangran a los mexicanos.
La batalla contra los pobladores que serán cubiertos por el agua de las represas La Parota y El Zapotillo están siendo atacados de muchas maneras. En primer lugar por la violación a sus derechos, establecidos en la Constitución, y en segundo lugar por ese silencio cómplice que trata de hacer pasar como inadvertido un terrible crimen contra la naturaleza, contra la cultura y contra la historia de pequeños pueblos cuyo único pecado es tratar de sobrevivir en paz y conservar como suyo lo que les pertenece.
Para los gobiernos tanto federal como estatales no importa la intervención de organismos internacionales, que tienen ya los ojos puestos en esta injusticia. PRI y PAN siempre se las arreglan para salirse con la suya y proteger a los funcionarios que pactan con los particulares la explotaciòn de nuestros recursos, y seguirse haciendo inmensamente ricos. La guerra contra el narcotráfico le viene a Calderón como anillo al dedo para agredir, reprimir, matar o desaparecer a luchadores sociales y defensores de los derechos humanos, diciendo que se trata de sicarios o de DAÑOS COLATERALES necesarios en esta lucha por la seguridad nacional.
Esta guerra contra los que defienden sus tierras, sus parcelas, sus edificios históricos y sus formas de vida apegadas a sus costumbres, puede ser el detonador de lo que todos hemos querido evitar.Cuando la gente es empujada al precipicio se agarra de cualquier cosa que la detenga, de cualquier rama que evite su caída al vacío. Y no es una metáfora, esos pueblos que pretenden enterrar bajo las aguas quedarán vacíos porque en ningún lugar volverán a recuperar las raíces que los alimentan y los mantienen de pie. La historia se repite y también como hace muchos años sigue la lucha interminable de los cobardes envueltos en lujos y rodeados de protecciòn, contra los indefensos que, un día, se atreven a arriesgarlo todo.
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