miércoles, 28 de abril de 2010

TRASCENDIO

Que mucho se jugó ayer tras bambalinas en el Congreso.

El dictamen de la Ley de Competencia se complicó y su aprobación se difirió en tres ocasiones, luego de que se descubriera que el proyecto estaba elaborado por la mismísima Secretaría de Hacienda.

Tampoco avanzaron el proyecto de derecho de réplica, porque el PAN y el PRD trataron de llevarlo hasta internet, ni la Ley de Telecomunicaciones, ya que el PAN se negó a hacer acuerdos con el PRD, para un proyecto integral, o el PRI, para una reforma parcial.

Que en lo único en que se pusieron de acuerdo ayer Gustavo Madero, Manlio Fabio Beltrones y Carlos Navarrete, coordinadores de PAN, PRI y PRD en el Senado, fue en no dar entrevistas (como habitualmente acostumbran), para evitar preguntas incómodas sobre la falta de acuerdos en los temas de secuestro y reforma política, a sólo tres días de que concluya el periodo ordinario.

Que después de seis años de litigio, la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación podría finalizar hoy el conflicto que sostiene el empresario José Gutiérrez Vivó con Grupo Radio Centro.

En dicho juicio está en juego una suma de 25 millones de dólares, más intereses, que el comunicador alega se le deben por incumplimiento de contrato.

Que Napoleón Gómez Urrutia se quedará con las ganas de reelegirse como secretario general del sindicato nacional minero, pues en los últimos días se ha constatado que no cuenta con el apoyo de las dos terceras partes de los trabajadores, lo cual es necesario para convocar a elecciones, según el estatuto.

Por lo mismo, los grupos disidentes ya se preparan para los comicios.

Que menuda sorpresa dio ayer en la tarde el vocero del SME, Fernando Amezcua.

En una entrevista de radio respondió que, en efecto, se encontraba en Caracas, Venezuela, pero que eso no implicaba que hubiera roto la huelga de hambre que comenzó el domingo

Amezcua estará en esa ciudad hasta mediados de la próxima semana y dijo estar dispuesto a someterse a todas las pruebas para demostrar que no probará bocado en la tierra de Hugo Chávez.

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