¿Alguien sabe en qué punto vamos de la guerra? Yo nomás veo que hay balazos en Monterrey, descuartizados en Acapulco, toque de queda en Cuernavaca y gente afectada en diferentes estados de la República, pero nada de información.
Y no, no me refiero a la información de la captura de El indio o a las declaraciones del Presidente, me refiero a datos concretos que nos hagan pensar que esto va a acabar en un mes, en dos semestres o en tres años.
Por tanto, es como si no pasara nada. Los responsables de esta guerra están manejando tan mal la parte de los contenidos que cada vez son más las personas que, o ya se acostumbraron a oír hablar de muertos todos los días, o prefieren vivir en otra realidad mediática.
Una guerra es algo serio, especialmente a nivel comunicación. ¿Por qué? Porque sólo así se puede contar con el respaldo de la ciudadanía.
¿Usted está de acuerdo con la guerra que estamos viviendo? ¿Está convencido de que fue la mejor solución para resolver el peor de los conflictos de nuestro país y de que si no le hubiéramos entrado, nuestras libertades hubieran desaparecido?
¿Usted apoya ciento por ciento las palabras y las acciones de nuestro Presidente? ¿Entiende quiénes son los aliados y quiénes son los enemigos en esta historia? ¿Sería capaz de sacrificar a alguno de sus hijos por esta lucha?
Aquí comienzan los problemas. No se puede declarar una guerra si antes no hay un trabajo ideológico.
¿Contra quién estamos luchando? Crimen organizado es una expresión demasiado amplia para un ciudadano común y corriente.
Los narcotraficantes, por ejemplo, no llegaron del extranjero de un día para otro, no aparecieron en México por generación espontánea y no representan algo concreto.
¿Qué es un narcotraficante? ¿Un muchachito que vende churros de mariguana en un semáforo, el tipo que reparte tachas en los antros, el campesino que siembra bajo amenaza o el multimillonario que importa sustancias?
¿Todos son igual de malos? ¿A todos los debemos odiar igual? ¿A todos les va a pasar lo mismo?
A lo mejor son preguntas muy elementales pero así de malo ha sido el flujo de información sobre esta guerra. Es como si las autoridades quisieran evitar que la gente manejara datos, como si supieran que este problema no tiene ni fondo ni forma.
Tan sencillo como esto, si se tratara de una guerra clara y justa, ahorita todos estaríamos enrolándonos en el Ejército para apoyar a nuestro país y cada vez que viéramos a un soldado en la calle, buscaríamos la manera de ayudarlo.
Pero es lo contrario, me ha tocado ver a varias personas topándose con el Ejército por accidente y su reacción no es de apoyo o de admiración. Es de miedo.
¡Le tenemos miedo al Ejército! ¡Al que se supone que es el bueno de esta historia! ¿A usted no se le hace medianamente sintomática esta situación?
Y luego, para acabarla de amolar, la poca información que fluye alrededor de estos personajes es de que matan niños y estudiantes en sus famosos fuegos cruzados, en lugar de matar a quienes tienen que matar.
Hasta parece que los señores del crimen organizado son más hábiles para comunicarse con el pueblo de México que los especialistas del gobierno. ¡No puede ser!
Yo nomás le voy a hacer una pregunta para que entienda la gravedad del manejo informativo de esta guerra en la que han muerto miles de personas inocentes:
¿A usted le queda claro en qué momento va a terminar esta guerra?
Todas las guerras son por algo concreto como una independencia, un territorio o una religión, y terminan cuando se derrota o se pierde ante ese algo.
¿Liberando qué, matando a quién o invadiendo qué va a acabar nuestra guerra? Nadie nos lo ha dicho con nombre y apellido.
Decir crimen organizado es como decir crisis. Es todo y es nada. Por tanto, esto, como la crisis, no va a acabar jamás.
¿Vamos a estar en guerra hasta el final de los tiempos? ¿Será posible que Felipe Calderón termine su sexenio y nos deje con semejante situación?
¿El presidente que venga después de él le va a seguir o la va a terminar? ¿Cómo la va a seguir? ¿Cómo la va a terminar?
¡Qué preocupación! Veo balazos por aquí, descuartizados por allá, gente afectada y hasta toques de queda, pero nada de información que nos ayude a entender y tomar posturas. Nada.
Ya me harté de vivir así. ¿Usted no?
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