miércoles, 16 de junio de 2010

“Inocentes”, los 13 caídos en la matanza del Domingo Sangriento, dictamina juez


El premier David Cameron dice lamentar “profundamente” lo sucedido en 1972 en el Ulster
Los soldados ingleses “perdieron el control” y dispararon contra civiles católicos desarmados, señala

Familiares de víctimas en Londonderry insisten en que se debe juzgar por homicidio a los militares


Imagen de archivo del 30 de enero de 1972 de la intervención del ejército británico durante la represión contra civiles en la ciudad de LondonderryFoto Ap
David McKittrick
The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de junio de 2010, p. 23
Londres, 15 de junio. Se sintió en el aire de este martes que una acendrada injusticia logró corregirse. Tomó más de 38 años de campañas, dos investigaciones y más de 195 millones de libras esterlinas, pero cuando el reporte Saville declaró inocentes a los muertos del Domingo Sangriento, a las 15:30 hora local de una tarde soleada, no cupo duda de que se dio un paso fundamental en el largo camino hacia la verdad y la reconciliación.

La provincia nacionalista de Derry reaccionó con mezcla única de alivio, júbilo y deleite puro. Si bien una reconciliación completa aún está lejos, nacionalistas y republicanos aclamaron las conclusiones unívocas del reporte.

Se llevan a cabo muchas otras investigaciones, menores que la del Domingo Sangriento, pero ésta tiene particular importancia ya que fueron muchos los que murieron a manos de las fuerzas de seguridad en una acción desde la cual se ha acusado a las autoridades no sólo de asesinar sino de mentir.

Fue de especial significado que el nuevo primer ministro conservador británico, David Cameron, dijera ante la Cámara de los Comunes: “Por parte del gobierno, y desde luego de parte de nuestro país, lo lamento profundamente”.

El reporte Saville anuló todas las aseveraciones del reporte original del Domingo Sangriento hechas por el entonces ministro de Justicia John Widgery, en 1972, que señaló a quienes fueron ultimados o heridos por los paracaidistas como terroristas con bombas y estar armados, acusaciones que los familiares de las víctimas consideraron siempre una afrenta.

Hallazgos “sorprendentes”

Los supuestos resultados de Widgery, en el sentido de que los uniformados tenían justificación para matar y herir a 27 hombres y jóvenes, fueron tajantemente rechazados por la investigación encabezada por el juez Mark Saville, quien afirmó que ninguno de los 13 católicos norirlandeses muertos y los 14 heridos estaba armado.

En hallazgos que Cameron calificó de “sorprendentes” el juez aseguró que el batallón de paracaidistas perdió el autocontrol “y olvidó o ignoró sus instrucciones y entrenamiento, con la consecuencia de que se perdió la disciplina que se observa antes de abrir fuego”. Saville concluyó que muchos de los soldados dieron testimonios falsos para justificar haber disparado.

El juez confirmó lo dicho por numerosos testigos, de que algunos de los católicos que recibieron disparos lo hicieron cuando claramente estaban tratando de huir o intentaban asistir a los que agonizaban. Descubrió que una persona recibió el disparo mortal cuando se arrastraba en dirección contraria a la zona donde estaban los soldados, mientras otra fue rematada en el suelo donde yacía mortalmente herida. El reporte se refiere también a un padre que fue herido cuando trataba de auxiliar a su hijo.

Básicamente, el reporte Saville alcanzó conclusiones diametralmente opuestas a las de la investigación Widgery. Aceptó las versiones de quienes participaban en la marcha y otros testigos no militares y rechazó las afirmaciones de los soldados, quienes sostuvieron que reaccionaron a un intenso ataque con bombas y fuego de artillería.

Una afirmación local que sí rechazó el reporte fue la del viceprimer ministro norirlandés Martin McGuiness, quien estuvo presente en las audiencias de la investigación. Éste era comandante segundo del Ejército Republicano Irlandés (ERI) de Londonderry cuando ocurrió el Domingo Sangriento.

En un pasaje del documento que seguramente no complació a McGuiness, Saville tacha de falso lo que atestiguó el político del Ulster, quien aseguró que estuvo presente en los hechos. Según el juez, se averiguó que McGuiness poseía entonces una metralleta. Sin embargo, Saville afirmó que el líder político no estuvo involucrado en alguna actividad que diera a los uniformados la justificación para abrir fuego, pero no aclaró si McGuiness estuvo presente en la manifestación o no.
Al preguntársele si había ido a la marcha con una metralleta, McGuiness aseguró que “no”, y agregó que el reporte Saville “no vacila en responsabilizar de todo lo ocurrido directamente al Regimiento Británico de Paracaidistas”.

La decisión de encausar judicialmente a los soldados o incluso a quien fungía como primer ministro para el Ulster, aún debe tomarse. Quienes dieron evidencia que contribuyó a la investigación tienen inmunidad, pues de lo contrario se estarían autoincriminando, pero es posible que la evidencia dada por otros se use en su contra.

La noche de este martes el Director de la Fiscalía Pública de Irlanda del Norte, Alasdair Fraser, dijo que no es conveniente anunciar cuándo se tomarán esas decisiones, pero que se considerarán “de la manera más expedita posible” y para ello debe haber pláticas con el comandante en jefe de la policía del Ulster, Matt Baggott.

Las opiniones de los familiares de quienes participaron en el Domingo Sangriento estaban divididas; algunos insisten en que se debe juzgar por asesinato a los soldados, si bien pasará algún tiempo para que los partidarios de esta posición manifiesten esta exigencia en los tribunales, dada la atmósfera de celebración y reivindicación que reinaba en Irlanda del Norte. Algunos sienten que el hecho de que se haya comprobado la inocencia de los católicos separatistas es lo más importante, y el resultado que buscaba su larga campaña.

Los unionistas, que nunca aprobaron que se abriera la investigación Saville, en 1998, criticaron los costos generados por la misma y que ascendieron a casi 200 millones de libras esterlinas.

Gregory Campbell, diputado unionista demócrata por Londonderry este, dijo: “La gente estará contenta de que la penosa saga que fue esta investigación se haya terminado. Quiero que conste en actas nuestro agradecimiento y aprecio al ejército, por el papel que jugó al derrotar al terrorismo y traer paz y estabilidad a Irlanda del Norte”.

La disculpa de Cameron fue respaldada por su jefe del Estado Mayor, David Richards, quien sostuvo: “El reporte no me deja duda de que hubo serios errores y fallas por parte de oficiales y soldados en ese día terrible que llevaron a la muerte de 13 civiles que no hicieron nada para justificar que se disparara contra ellos”.

Tony Clark, un ex paracaidista criticó a sus colegas: “Miembros del Primer Regimiento de Paracaidistas que fue desplegado durante el Domingo Sangriento dañaron la reputación de los que sirvieron con honor. Me alegro de que la verdad haya sido desvelada, y por las familias que esperaron tantos años”.

El coronel Richard Kemp, que hizo su servicio en Irlanda del Norte, comentó: “Creo que es trágico para familiares de los soldados que la verdad haya tardado tanto en esclarecerse”. Stephen Pollard, abogado que representó a los soldados, afirmó que Saville no justificó debidamente sus hallazgos y lo acusó de “espulgar evidencia”. Añadió: “existe la misma cantidad de evidencia que respalda una conclusión opuesta a la que obtuvo”.

En contraste, el primer ministro irlandés, Brian Cowen, celebró: “Hoy es el día en que la verdad ha liberado a la ciudad de Derry. Esto no se trata de volver a abrir viejas, sino de curar las que la injusticia dejó tras los terribles hechos”. Dijo esperar que “las valientes y honestas palabras de David Cameron hagan eco alrededor del mundo”.

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