miércoles, 30 de marzo de 2011

Dinero-- ¿Denunciar a un delincuente? Espera lo peor-- Casas con fantasma-- Los ninis-- Enrique Galván Ochoa

Días antes del puente del 21 de marzo caminaba hacia mi automóvil después de hacer unas compras en el centro comercial que se ubica a la entrada de Cuautla. Agrupa a Wal-Mart y Sams, como negocios ancla. Iba acompañado por otra persona. Se nos acercaron dos individuos vestidos con uniforme militar color gris y manchas oscuras. Me invitaron a que denunciara cualquier delito del que tuviera conocimiento y me entregaron un pequeño volante de papel bond del tamaño de dos tarjetas de presentación, con teléfonos y buzones electrónicos. Les pregunté si eran de la Marina; me dijeron que pertenecían al Ejército. No les pedí identificación, sólo registré la referencia de su uniforme y las armas de grueso calibre que portaban. Era mediodía y estaba muy concurrido el centro comercial; advertí que eran varias parejas de soldados y repartieron una gran cantidad de volantes. Este es el texto:

No creer

A base de mentiras y fraudes, a muchos ciudadanos de mi generación el gobierno nos ha hecho aprender que debemos dudar de todo. Obviamente no se me ocurrió ni remotamente atender la invitación del volante. Además, había leído meses atrás que en Monterrey la información proporcionada por las denuncias anónimas a alguna de las numerosas dependencias a cargo de la seguridad, había ido a dar a manos de delincuentes. Según lo publicado hasta hoy, junto a los cadáveres de los jóvenes asesinados en Temixco apareció una nota en que un supuesto grupo de hampones expresa que los mataron por entregar información a fuerzas federales. Este largo preámbulo tiene tres fines: 1) Expresar mi dolor por la nueva matanza de jóvenes, entre ellos se cuenta a Juan Francisco, de 24 años, hijo de Javier Sicilia, colaborador de la revista Proceso. 2) Manifestar mi pena por el anuncio de la PGR, en el sentido de que atraerá el caso a su jurisdicción; eso quiere decir que terminará archivado, de atenernos a los antecedentes, y 3) Exigir, una vez más, a las ministras y ministros de la Suprema Corte que detengan el fichaje de niños, tarea que está llevando a cabo la Secretaría de Gobernación, con fines muy cuestionables, cuando discutan la impugnación presentada por la Cámara de Diputados. ¿Cómo confiar al gobierno los datos de nuestros pequeños?

Fantasmas

Al comentar la información proporcionada por el Inegi, en el sentido de que 5 millones de viviendas ubicadas en distintas partes del territorio nacional se hallan deshabitadas, el director del Infonavit, Víctor Manuel Borrás Setién, dijo que el motivo principal no es la inseguridad, sino la falta de fuentes de trabajo. En nuestra sección de ayer mencioné la inseguridad. Como las casas están vacías, algunas tienen fantasma propio; los encuestadores del Inegi no pudieron preguntarles a sus dueños por qué las abandonaron. Y los fantas hablan otro idioma. El caso es que ahí están, vacías. El dato sirve, en primer lugar, para desmentir el del de-sempleo. Según el gobierno federal, comprende a 2.5 millones de personas. Si Borrás Setién afirma que el fenómeno de las casas abandonadas lo genera el desempleo, hay 5 millones de personas sin trabajo, es decir, el desempleo es el doble (en realidad son más). ¿O no vivía cuando menos una persona en edad de trabajar en cada una de ellas?

e@Vox Populi

Asunto: Banorte

Recurro a usted nuevamente desesperado por mi estado de salud, mi escasa pensión y el problema de mi casa sin solucionar. Con el ombudsman de Banorte es imposible establecer comunicación. Por favor ayúdeme, quisiera hasta matarme con tanto problema con el banco.

Rodolfo Domínguez Escobar/Distrito Federal

R: Deténgase por favor, le aseguro que la vida vale más que su casa. Transferí oportunamente su mensaje al banco. Si el personal a quien toca atender problemas como el suyo no cumple su deber, le aseguro que en Banorte hay alguien a quien le interesan sus clientes. Es don Roberto González Barrera, el número uno. Ahora enviaré su caso directamente a él.

Asunto: los ninis y la UNAM

Quiero hacer referencia a su comentario sobre los ninis en el programa de Carmen Aristegui. En su opinión –al menos así lo entendí– la culpable de que existan ninis es la Universidad Nacional Autónoma de México, por no dar cabida a todos los aspirantes, o sea, a todos los que solicitan su ingreso a una carrera. ¿Usted cree, de verdad, que la Universidad es la culpable? ¿No será que es el sistema, que ha creado una sociedad tan inequitativa e injusta, el que ha generado la gran cantidad de ninis que, por desgracia, existen en nuestro país? Yo creo –y lo creo porque lo veo como académica de la UNAM– que el esfuerzo que nuestra institución hace por dar lugar a los jóvenes es enorme, y que ha ido ampliando mucho su capacidad, tratando de responder a la creciente demanda, pero no es posible que haya cupo para tantos. Y, por otro lado, creo que la Universidad, más que crecer, debe elevar la calidad de la enseñanza que proporciona, y eso no lo logrará si se sigue masificando.

Leonor Fernández Guillermo/Ciudad Universitaria

R: Estimada maestra: soy egresado de la UNAM, fui profesor en Acatlán, amo a mi Universidad. Expresé que se está convirtiendo en fábrica de ninis con cada oleada de jóvenes que rechaza, y que el rector Narro debería convocar a un acuerdo nacional para resolver el problema, en vez de firmar acuerdos con Televisa. Critiqué al gobierno panista, que ha sido avaro para otorgarle recursos.

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