sábado, 24 de marzo de 2012

Carmen presenta “el pecado” de Ratzinger-- JANE DE LA SELVA

Un Calderón vacío, hueco su discurso para recibir a Ratzinger, Papa Benedicto. No hay carisma no hay amor al pronunciar la palabra. Fríos. Ambos recitando sin convencimiento un discurso casi idéntico. Sin brío.

Felipe y Margarita figurando, aprovechando el espacio junto al invitado. Desfile de los panistas escogidos para saludar al jerarca mayor de la iglesia católica, seguidos por séquito de cardenales y obispos así mismo, uno a uno le la bienvenida. Público apagado entre el desorden. Zapatillas rojas que se dirigen a lo previsto. Este es el inquilino dirigente del Vaticano que más ha gastado en ropa personal, en atuendos de lujo, en la historia, lo pueden consultar en google. Bajan del entarimado a saludar a los niños, a los discapacitados tocándolos, acariciando sus mejillas y sus hombros para la cámara.

Pero siguió sin haber calor, sin sentirse realmente el calor humano sino una profunda frivolidad aderezada por la verborrea de los merolicos mediáticos mientras los mariachis en el trasfondo cantaban “…la vida no vale nadaaaa….”

No iba a librarse Joseph Ratzinger de que ciudadanos le recordaran, le reprocharan durante la estadía su conocimiento, su protección de la pederastia de Marcial Maciel, de sus clones y de otros similares delincuentes.

Carmen Aristegui lo hace, cumpliendo con su deber, y presenta el libro del ex padre Athié, “La voluntad de no saber”.

La obra contiene copias de los archivos de la llamada Santa Sede que especifican las denuncias pederastas contra Maciel desde 1944. El tema tan relevante como abominable de la iglesia católica mexicana, el mismo cardenal Rivera demandado penalmente en California por el caso del pederasta poblano que fue a hacer de las suyas a aquel país donde la ley si vale, este criminal Marcial Maciel, del Bajío por cierto, de Cotija, Michoacán, tierra vecina a la que visita Ratzinger, alias Benedicto XVI.

La fe se avivaría tras el perdón y resurgiría, si este hombre que los medios oficiales presentan como impoluto al igual que encumbraron como santo a Juan Pablo II, con valentía y humildad aceptara su grave error, “el pecado” de ambos y de todos los Papas anteriores, y lo confesara al mundo y a México en especial.

Si no hay transparencia, tampoco puede haber liderazgo espiritual, es pura pantalla.

Los hechos documentados muestran que se permitió al inventor de la legión de Cristo utilizar su posición, su poder para delinquir contra niños y adultos, violar almas y cuerpos inocentes durante 50 años sin investigarlo. Sin embargo, fue clérigo consentido de Juan Pablo II, muy cercano e influyente a causa de la aportación de recursos así como de sacerdotes reclutados. Anfitrión “distinguido” de Juan Pablo II, en sus viajes a México.

Pero este será un tema para el que se asegura no habrá oídos de Ratzinger, alias Papa.

¿Que cuándo decidió Ratzinger venir a México? Cuando lo invitó Calderón para fortalecer al aparato en el poder en tiempo de elecciones. Para legitimar y aminorar su desastre como dirigente e impulsar la perseverancia de la dictadura.

No sean fariseos, no sean abusadores del pueblo noble.

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