viernes, 27 de noviembre de 2009

No está el horno para bollos (((EL POLICIA DE DIOS)))


Polimnia Romana
27 de Noviembre, 2009
Rogelio Ramírez de la O, extraordinario economista mexicano y colaborador de Andrés Manuel López Obrador, ha sido muy claro al advertir los efectos que la crisis económica de Estados Unidos tendría sobre la economía mexicana. A lo que Agustín Carstens llamó un catarrito para el cual México estaba blindado.


Después de la catástrofe que estamos viviendo en materia económica, sería conveniente que los asesores, achichincles o como se les quiera llamar, de Calderón pusieran mucha atención a lo que escribe en su última columna Rogelio Ramírez de la O. Aquí un fragmento:


La economía estadounidense muestra crecientes signos de ir a una segunda caída, aun con los estímulos fiscales que impulsaron la compra de vivienda y la modificación de hipotecas para facilitar su pago.

La explicación reside en la economía real. La familia promedio tiene deudas por 125% de su ingreso. Una nueva caída de precios (que será inevitable) reducirá aún más el consumo y la confianza. La economía estadounidense no va a recuperarse como el gobierno espera y ha supuesto en su Presupuesto de Egresos.

El gobierno mexicano ha estado y sigue estando divorciado de la realidad en el seguimiento de esta crisis. Una muestra es que ya declaró el fin de la recesión, quizá sin percatarse de los problemas de vivienda y bienes raíces en nuestro vecino país.

Un recrudecimiento ahora de la recesión estadounidense con secuelas financieras globales expone al gobierno y por ende a México a riesgos mucho mayores y con efectos aún más negativos que los vividos hasta ahora. El problema ha sido equivocarse en el diagnóstico y, en el origen, carecer de un proyecto genuino para administrar el país.

Andrés Manuel López Obrador, asesorado por gente profesional y con el conocimiento que tiene de la realidad del país gracias al recorrido que ha realizado por todo el territorio nacional, nuevamente exige el cambio urgente del modelo económico dictado desde Washington y seguido al pie de la letra por el gobierno usurpador.

No está el honro para bollos. Calderón debe aceptar que no lo asiste la razón, como debió aceptar su derrota en 2006 para evitar las calamidades que ha provocado por su ineptitud y su cerrazón. No importa qué tan cara pague él su necedad, lo importante es rescatar al país

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