“Mientras nos perdamos en debates estériles, otros países nos seguirán rebasando”
Pese a la caída de nueve puntos en la economía, asegura que el país no se le fue de las manos
Claudia Herrera y Enrique Méndez
Periódico La Jornada
Lunes 30 de noviembre de 2009, p. 3
En el festejo por sus tres años de gobierno, el presidente Felipe Calderón se declaró convencido de que “el país no se nos fue de las manos”, reprochó la pérdida de tiempo en debates estériles y anunció que propondrá al Congreso una reforma política, al igual que otra en el sector petrolero.
Con la iniciativa de reforma política, que enviará antes de que concluya el periodo ordinario de sesiones, adelantó que pugnará por la relección de legisladores, la reducción del Congreso, la inclusión en la ley de figuras como el referendo, y medidas para que “no quede ninguna sombra de duda” respecto de la equidad de los procesos electorales.
En el anticipado festejo por sus tres años de gobierno, ya que viajó ayer a Portugal en una gira que concluye mañana, declaró tener “vigor renovado” para cumplir el segundo tramo de su sexenio y avizoró que “vendrán tiempos mejores”.
Mezclados entre los integrantes del gabinete y la burocracia azul estaban los invitados de siempre: los jerarcas religiosos Norberto Rivera y Antonio Chedraui, así como líderes del sindicalismo oficial: el petrolero, Carlos Romero Deschamps; el ferrocarrilero, Víctor Flores; el de los burócratas, Joel Ayala, y el del magisterio, Rafael Ochoa. De las ausencias destacó la de su aliada Elba Esther Gordillo.
En torno a Palacio Nacional y el Zócalo hubo un cerco de seguridad con vallas metálicas y elementos del Estado Mayor Presidencial. Adentro, en el Patio Central, los empresarios Carlos Slim, Manuel Arango, Roberto González Barrera, Olegario Vázquez Raña y Lorenzo Servitje degustaron yogur con fruta, tamales y frijoles. No faltaron artistas, como el cantante Aleks Syntek.
Luego de la exhibición de un video que exaltó los “avances”, en las macropantallas colocadas en diversos puntos del antiguo recinto, Calderón hizo durante una hora siete minutos el recuento de los “logros” de su gestión.
El jefe del Ejecutivo estuvo acompañado en la mesa de honor por los titulares de los organismos autonómos, como el Instituto Federal Electoral, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el Instituto Federal de Acceso a la Información y el Banco de México. Esta vez, salvo el dirigente del Panal, Jorge Kahwagi, no hubo líderes de otros partidos ni los gobernadores, que suelen dar el toque de pluralidad política a los actos presidenciales.
Orador único, Calderón planteó que aun cuando cayó nueve puntos la economía y se sumaron otros seis millones de pobres al país, su gobierno hizo lo adecuado. “El país no se nos fue de las manos, a pesar de que la crisis fue más severa y a pesar de que se combinó con una caída de la producción petrolera.”
Quienes aplaudieron más su discurso fueron los beneficiarios de los programas sociales, como Oportunidades y el Seguro Popular, que fueron convidados por primera vez por la Secretaría de Desarrollo Social.
Su titular, Ernesto Cordero, llegó a la ceremonia cinco minutos tarde y corriendo, con su esposa de la mano, para ubicarse en su lugar. Fue más notorio ahora que las miradas se concentraron en quien es ubicado en la lista de los posibles aspirantes presidenciales.
En su alocución, el Presidente reprochó que aún impera “el cálculo político, el dogma partidario, la imagen que va a salir de lo que yo diga o haga en el periódico, las posiciones irreductibles, la defensa de intereses particulares, lo cual se vale, pero sin ponderar que por encima debe estar el interés de la nación.
“Yo pienso que mientras nos perdamos una y otra vez en debates estériles, en críticas sin propuestas serias, en prejuicios, en tabúes, otros países nos seguirán rebasando; seguirán haciendo las reformas que aquí a veces ni siquiera nos permitimos discutir a fondo.”
Tras hacer un nuevo llamado para que se retome el decálogo de cambios que ofreció el 2 de septiembre, prometió que antes de que empiece el próximo periodo de sesiones propondrá al Poder Legislativo una segunda generación de reformas para fortalecer la industria petrolera.
“Parálisis institucional”
Para superar la “parálisis institucional” que ha impedido alcanzar acuerdos en temas fundamentales del país, ofreció entregar una iniciativa de reforma política al Congreso que contenga “cambios profundos”.
Detalló que pugnará por la relección de legisladores y de alcaldes con el propósito de que rindan cuentas; la revisión de la estructura y funcionamiento del Congreso e incluso su reducción. Además buscará que la Suprema Corte de Justicia de la Nación tenga facultades de promover iniciativas legislativas.
Su paquete de cambios contempla que haya iniciativas de leyes preferentes de discusión en la agenda nacional, así como abrir a los ciudadanos nuevas vías de participación política por medio de figuras como la iniciativa ciudadana y el referendo, quitando las rigideces del sistema actual.
Dicho paquete incluye la revisión y reforma a la figura del veto, para regular su ordenación y modificaciones que ya se discuten ahora a la Ley de Amparo, lo mismo que propuestas para que haya equidad electoral en cuanto a uso de recursos, acceso a medios de comunicación y capacidad de divulgación de las propuestas.
También fijó como parte de sus prioridades un debate para tratar de alcanzar una reforma que vaya “más allá de lo fiscal”, ya que el paquete para 2010 representa una salida a los problemas más apremiantes, pero está lejos de ser una solución de largo plazo.
Fiel a su costumbre, Calderón encomió el desempeño “valiente y patriótico” de las fuerzas armadas y el respaldo de los integrantes de su gabinete de seguridad, que lo han acompañado “meses, incluso todos los días de reuniones y de decisiones” relacionados con la lucha contra la delincuencia.
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