23 de noviembre
A más de un año de iniciada la crisis económica más grave de las últimas décadas parece ya un lugar común decir que las crisis son ventanas de oportunidad. El que se aprovechen o no tiene que ver, en efecto, con la obsolescencia e impopularidad del modelo económico, de las instituciones o las leyes que lo sustentan, pero también de que existan alternativas para sustituir ese viejo esquema.
En México tenemos el hartazgo de la sociedad, números que ponen nuestra economía entre las de peor desempeño en el orbe, feroces críticas diarias de analistas, periodistas, opositores y otros actores. ¿Tenemos las propuestas? Quizá es por su ausencia que se explica el exceso de ruido y la falta de acciones.
Recrimina el sector privado, por ejemplo, el aumento de impuestos, pero olvida los privilegios que por otros conceptos recibe en perjuicio del resto de los contribuyentes; la izquierda pide más gasto mientras guarda silencio sobre cómo financiarlo más allá de los límites de la austeridad; los estados reclaman año con año más recursos sin corresponder ese derecho a la obligación que tienen de rendir cuentas.
Cada sector del país protesta y exige, como es natural, en función de sus intereses, pero omite comprometerse al mismo tiempo con propuestas que estén en sus manos realizar. Justo por lo difícil que es hallar esa combinación entre crítica y congruencia es que generó tantas expectativas el decálogo presidencial para transformar al país, presentado el 2 de septiembre pasado. Pronta fue la decepción cuando llegó la ortodoxa Ley de Ingresos solicitada por el propio Ejecutivo.
Políticos, empresarios, medios y otros actores repetimos las críticas socialmente aceptadas y políticamente correctas, pero no es con la exaltación de la catástrofe como lograremos cambiar un ápice el estado de las cosas.
Comentario:
Un momento!!. O sea que no debemos de quejarnos? Hay que hacerlo, hasta que la sociedad desahogue su malestar y nos demos cuenta de que podemos hacer algo juntos. Compartir ideas. Ese es el primer paso. Esa ansia de tener soluciones de un dia para otro es la tonteria que hacen los gobiernos y los politicos. Ya vendran las soluciones por parte de la sociedad, pero si no hay un espacio para ese proceso va a salir un frankestein como el del gobierno (ejecutivo y legisladores)
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