lunes, 28 de diciembre de 2009

Buenos deseos y ponernos a trabajar

Polimnia Romana
Es cierto que no bastan los buenos deseos para salir adelante, alguien por ahí me lo recordó, supongo que con buena intención.

La buena fe es necesaria pero insuficiente si no ponemos nuestro granito de arena en el proceso de cambio que le urge al país.

Lamentarnos de la situación de nada nos sirve, y mucho menos negar la realidad, al contrario, saber lo que sucede nos pone en estado de alerta para corregir el rumbo. Por eso no me entran en la cabeza las decisiones nefastas que toma el presidente pelele ante el deterioro de la economía, de la vida política y social por el que atraviesa el país. Por ejemplo: 1) adoptar como suya la guerra contra el narco que Estados Unidos mantiene en nuestro país, sin hacer nada en su territorio para combatir el consumo de drogas. 2) premiar al Secretario de Hacienda que mintió sobre la situación real de las finanzas públicas y no tomó las medidas necesarias para enfrentar la crisis económica externa, como lo hicieron muchos países de Latinoamérica. 3) despedir a más de 44 mil trabajadores de LyF para continuar la privatización de la industria eléctrica y de telecomunicaciones. 4) permitir la corrupción y la impunidad de los personajes que más daño le han hecho a México. 5) no invertir en educación, investigación y ciencia. 6) solapar la violación a los derechos humanos de los ciudadanos. 6) aumentar impuestos y tarifas a las gasolinas, el diesel y los bienes y servicios. 7) mantener al campo y a la industria nacional en el total abandono, etc, etc, etc.

Si estamos conscientes que la política del gobierno usurpador es antipopular, represiva e impositiva, tenemos que trabajar todos los días para combatirla, pero no con el uso de la fuerza sino con la convicción de que sólo organizándonos podemos impedir que continúen en el poder funcionarios y gobernantes ineptos y corruptos.

Cada uno desde nuestro espacio debemos esforzarnos por hacer bien nuestro trabajo; ser honestos y solidarios con los compañeros, con los vecinos, con los amigos, informarnos de lo que realmente ocurre y no permitir que los medios vendidos a la derecha deformen la mente de nuestros niños y de nuestros jóvenes, evitar los brotes de violencia generados por el estrés ante la crisis que estamos padeciendo. Mucha gente responde de manera agresiva a la menor provocación pero si del otro lado no encuentra respuesta a su agresividad, posiblemente cambie su actitud.

Una de las tantas cosas positivas que tiene la izquierda, es que la gente progresista le resta importancia a lo superfluo y se muestra alegre y optimista, con ingenio para resolver los problemas. Esa actitud la hemos visto durante las marchas, mítines y concentraciones en torno a Andrés Manuel López Obrador.

Después de cada acto multitudinario, la gente renueva su fe y su compromiso con la causa. Me ha tocado presenciar esa alegría de la gente que regresa a su trabajo o a su casa con el ánimo arriba después de escuchar que las cosas sí pueden cambiar, porque ya empezó la revolución de las conciencias. No esperemos a que alguien venga a resolver los problemas, empecemos nosotros mismos a levantar el tiradero que los gobiernos prianistas han dejado a su paso.

No creamos que con una varita mágica las cosas cambiarán, la transformación va a costar muchos años de sacrificios, pero habrá recompensa porque este Movimiento persigue el bienestar general y no el de unos cuantos.

Cuando todos los mexicanos mejoren sus condiciones de vida, cuando todos los niños y jóvenes tengan escuela, y sus padres trabajo, el futuro de México será otro.

Existen muchos ejemplos de países devastados que se han levantado.

Nosotros tenemos mucho que salvar pero también tenemos con que hacerlo.

Lo que sobran son manos y mentes brillantes, no permitamos que unos cuantos las mantengan inactivas.

Los buenos deseos se acompañan de acciones, y eso es lo que tenemos que aprender a conjuntar.

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