Por ningún motivo las autoridades mexicanas deberán echar en saco roto la advertencia lanzada por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos conocida como DEA, sobre la posibilidad de que objetivos civiles se conviertan en blanco de las acciones criminales del narcotráfico. Saben, y al perecer cuentan con información para sustentar la alerta, que los cárteles de las drogas están dispuestos a todo para no ceder un palmo de sus territorios de operación. Ya se vio con el asesinato a mansalva de familiares del Tercer Maestre de Fuerzas Especiales de la Secretaría de Marina, Melquisedec Angulo Córdova, quien falleció en el enfrentamiento donde fue abatido Arturo Beltrán Leyva. El informe de la DEA revela que días aciagos estarían por venir en México si no se toman las medidas para contrarrestar la acción de los barones del narco. Colombia es un ejemplo claro de lo que pude suceder aquí. La detonación de carros bomba en edificios públicos, escuelas, bancos y hasta en medios de comunicación. En otras palabras, el terrorismo puro en las principales ciudades colombianas, incluso en Bogotá y Medellín. Lo detectado e informado por la DEA a México, pues, debe ser tomado muy en serio para no enfrentar lo que Colombia vivió en los años ochenta.
El asunto de las bodas gay sube de tono, y parece que esa será la tónica en los días por venir. Las voces en contra y a favor comienzan a radicalizarse, y ya no hay día en que el tema no sea retomado por algún partido, un político o la propia Iglesia y grupos conservadores. El PRD en la Asamblea Legislativa del DF exigió al secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, que detenga la campaña lanzada por la jerarquía de la Iglesia católica en México en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo. Obviamente en Bucareli hay silencio y por ahora no se quieren meter en el debate. Quien sí alzó la mano y opinó del tema fue el secretario de Turismo local, Alejandro Rojas. Aseguró a los cuatro vientos que la aprobación de las reformas legales para permitir estos matrimonios promoverá la actividad turística en la capital del país para convertirla en una ciudad “gay friendly”. Según el funcionario, la decisión atraerá la inversión de empresarios del turismo en hotelería, paquetes de luna de miel y vacaciones, vestidos, banquetes y demás servicios que demanda esta comunidad. Esto podría generar risas, pero casi seguro, el enojo de muchos.
Increíble, pero la Secretaría de Hacienda está logrando lo que nadie en política ha conseguido en los últimos años, unir a las distintas fuerzas en pos de un mismo objetivo. Lo malo de todo es que esa unidad es en contra del aumento de la gasolina. Hasta el PAN, que se supone debe apoyar las decisiones del Ejecutivo, comienza a mostrar su desacuerdo con la medida. El panista José Isabel Trejo, presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, criticó que el presidente Felipe Calderón no haya cumplimiento con el compromiso de no subir el precio de la gasolina. Su correligionario, José Antonio Arámbula no descartó que en la Comisión Permanente del Congreso se analicen las repercusiones que tendrán los aumentos en las finanzas del país. Bueno, hasta dijeron que Hacienda debe explicar qué pasó ahí y por qué los aumentos. Eso sí, preocupados y enojados por el tema, pero todos, del PAN, PRI, PRD… se fueron de vacaciones y ya se verá el asunto en el 2010. Feliz año.
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