domingo, 24 de enero de 2010

Todos contra el PRI!---Ojo por ojo---Álvaro Cueva

Cómo le hacen al cuento el PAN y el PRD. Que si los matrimonios entre personas del mismo sexo, que si el presidente legítimo, que si las adopciones. En el fondo son lo mismo, nos lo están demostrando y, nomás por eso, el PRI les va a comer el mandado.

Seguramente usted, como miles de personas en todo México, está enterado de que el PAN y el PRD están haciendo alianzas en diferentes partes para medio competir contra el PRI que, por diferentes circunstancias, lleva todas las de ganar.

Si la sola idea de ver a los políticos del PAN compartiendo el desayuno con los del PRD es aberrante, imagínese lo que significa que representantes de ambos partidos se unan para molestar al PRI.

Es como si la Iglesia católica pusiera una cadena de clínicas abortivas, como si la comunidad gay le diera un premio a Esteban Arce. ¡Es asqueroso!

El Partido Acción Nacional es la cúspide del conservadurismo, le ha arrebatado lo que ha podido al PRD y no sólo eso, se ha burlado de muchos de sus miembros a través de las más sucias estrategias
mediáticas.

¿Ya se le olvidaron los videoescándalos? ¿Ya se le olvidaron los spots que comparaban a Andrés Manuel López Obrador con Hitler?

El Partido de la Revolución Democrática odia tanto al PAN que ha hecho plantones y bloqueos en su contra, ha protagonizado cualquier cantidad de desplantes en San Lázaro para arruinarle la más mínima de sus fiestas y hasta ha desconocido a su presidente “espurio”.

Acuérdese de la toma de protesta de Felipe Calderón. Acuérdese del “voto por voto, casilla por casilla”.

Bueno, pues ahora resulta que el PAN y el PRD se quieren mucho y que juntos representan una fuerza bien bonita que va a impedir que el PRI se quede con estados como Hidalgo y Oaxaca.

Es inconcebible. Tanto tiempo, tantos corajes, tanta energía. ¡Y todo para qué! Para que al final ambas posturas ideológicas sólo fueran un vil truco publicitario para echarle más billetes a sus cuentas bancarias. ¡Qué decepción!

Esto significa que todo el debate que usted y yo hemos tenido en las últimas semanas sobre el matrimonio gay ha sido puro circo.

Que toda la carne que le echamos al asador cuando las elecciones de 2006 sólo fue una farsa para que estos señores tuvieran un pretexto para no hacer nada mientras, entre ellos, se la pasaban rico y hacían sus negocios.

¿Sí se da cuenta del insulto histórico que estas alianzas representan?

Son un atentado contra la supuesta pluralidad que durante tantos años construimos y que, en teoría, representaba una de las grandes fortalezas de nuestra nación.

¡Puras mentiras! Todos los políticos son iguales. Van y vienen de un partido a otro según les conviene. ¡Y nosotros peleándonos por ellos! ¡Y nosotros poniendo nuestros destinos en sus manos!

¿A quién le dan ganas de votar después de esto? ¿A quién se le antoja defender un voto tras semejante equivocación?

Estas alianzas son una monstruosidad que afecta a toda la clase política mexicana y que nos deja a usted y a mí más solos que nunca.

Fíjese nada más qué barato: el PAN y el PRD no se están uniendo para construir un proyecto o para ayudar a resolver cuando menos uno solo de los muchísimos problemas que tenemos.

¡No! Se están uniendo para destruir, se están uniendo para impedir que gane el Partido Revolucionario Institucional.

Si a usted le quedaba una ligera sospecha de que en México no se vota para ganar, sino para impedir que otro gane, ya no sospeche. Aquí está la prueba. Somos el país del bloqueo. ¿Así o más mediocre?

Si el PAN y el PRD quieren competir contra el PRI, hubieran construido una infraestructura como la del PRI. Tuvieron años para hacerlo y, por estar perdiendo el tiempo con Marthitas, Juanitos, ligas y maestros, no lo hicieron. Ahora no se quejen.

El PRI representa muchas cosas buenas y malas para todos los mexicanos, y si bien sus reacciones ante esta alianzas han sido de franco terror, su gente ha sabido construir algo desde que la sacaron de Los Pinos.

Y los políticos del PAN y el PRD lo han hecho tan mal que, exactamente en el mismo juego de oposición que ellos jugaron en el pasado, la sociedad les va a cobrar la factura en el futuro.

La bronca es que cuando el PRI regrese con todo, quién sabe cuántos años van a tener que pasar para que lo vuelvan a sacar. ¿A poco no?

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