lunes, 8 de febrero de 2010

Estamos perdiendo el foco? Leonardo Curzio (((JO JO JOMEZ MONT)))


Puedo entender que la presión mediática y política para que el gobierno anuncie un replanteamiento de la estrategia contra el narcotráfico ponga nervioso al Presidente. Los asesinatos que le dan la vuelta al mundo reforzando la imagen de que Ciudad Juárez es un desastre sin paliativos y los visibles errores de los últimos días (los jóvenes asesinados y la liberación de funcionarios michoacanos) son elementos que harían temblar a cualquier estructura. Me imagino que si sumamos a esta situación la voluntad de impulsar una reforma del Estado y tratar de remontar la pésima situación económica, podemos tener a un gobierno poco concentrado en el punto central de su propia estrategia de seguridad.

Algo debe estar pasando —y grave— en el corazón del gobierno federal para explicar que la piedra angular de la estrategia anunciada al inicio del gobierno que consiste en alinear las capacidades del Estado (en su concepción más amplia, esto es, los tres poderes del Estado y los tres niveles de gobierno) para combatir a las organizaciones criminales y cuyo punto culminante fue el Acuerdo por la Seguridad y la Justicia, hoy parezca alejarse peligrosamente. Los niveles de gobierno municipal y local parecen rebasados por la dinámica criminal. En Chihuahua, y concretamente en Juárez, no existe algo parecido a gobiernos locales responsables de controlar las calles, ¿cómo puede pedirse así que salgan los federales, que tampoco parecen controlar demasiado? En Tamaulipas el PAN puede anunciar, tan campante, que no celebra elecciones primarias por el riesgo de infiltración del narco y el gobernador se pasea por el país como si gobernara un cantón suizo y no un territorio donde el crimen pone en jaque al partido del gobierno. No deja de ser profundamente chocante constatar que las policías municipales preventivas tengan más de 160 mil elementos (más de cinco veces la Policía Federal) y las policías estatales tengan cerca de 200 mil (un Ejército completo) y sumadas tengan más elementos que todo el gobierno federal y no seamos capaces de generar una dinámica cooperativa. Sigo sorprendido de que la reforma política propuesta por Calderón prefiera discutir temas residuales para mejorar la gobernabilidad y siga ignorando que el principal problema es que somos una Federación disfuncional, con una especial debilidad en los gobiernos locales.


Si alinear las capacidades en la estructura territorial puede ser un problema político de primer orden, por el simple hecho de hacer concurrir voluntades diversas que en muchos casos prefieren el statu quo, es increíble que el Presidente, por razones personales, institucionales o de cualquier otra naturaleza, no consiga que los esfuerzos del gobierno federal se alineen. Es patético constatar la rivalidad de los distintos cuerpos y la ausencia de una voz institucional que defienda la estrategia general. En este contexto entiendo por qué desapareció la figura del vocero especializado, ¿de qué va a informar un portavoz si cada quien jala por su lado?


Al Ejército lo lastimaron en Juárez por la forma en que se anunció el cambio de mando. Las Fuerzas Armadas siguen gozando de gran apoyo de la opinión pública, pero saben bien que no hay prestigios que no se erosionen y menos si los dejan solos. A la Policía Federal la traen de Juárez al SME y por supuesto que es un cuerpo joven y también sometido a desgaste. La Armada asume, legítimamente, éxitos de forma individual de la misma manera que la Policía Federal muestra orgullosa sus nuevas capacidades tecnológicas, pero por alguna razón que ignoro la cohesión de las dependencias federales se debilita. Ojo, porque en ese caso no hay a quién culpar.


Lo dicho, me parece inquietante ver que si la piedra angular de la estrategia es, como ya apuntaba, el alinear capacidades, la PGR sea un lastre auténtico y el gobierno tenga que hacer el papelón de liberar a los funcionarios michoacanos porque los expedientes estaban mal integrados y todavía se haga el digno diciendo que no pedirá perdón. ¡No hace su trabajo como corresponde y encima se pone moños! El espacio se me acaba y no tiene sentido continuar citando casos de falta de alineación de capacidades. La más obvia sigue siendo la ausencia de un brazo de inteligencia financiera y un mínimo control de las fronteras. El negocio de las drogas en México se calcula en más de 800 millones de dólares y la exportación puede llegar a 17 mil millones. Las aduanas en el país sólo parecen servir para estorbar en los aeropuertos y no para protegernos. En fin, si el gobierno insiste en que la lucha contra el crimen es un asunto de seguridad nacional se tiene que hacer cargo que todos los recursos (todos, no sólo los policiacos) se deben alinear para conseguir un objetivo, empezando por el gobierno federal. Y perdón por la impertinencia pero me parece que el Presidente debe reconcentrarse en cohesionar a su equipo si quiere que su estrategia llegue a buen puerto.


Analista político

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