Primero escribí esta columna, después leí la de Ciro Gómez Leyva. Lamentable. Este promotor del Sí a Calderón ha dicho en su texto que, informativamente hablando, las redes sociales, sobre todo twitter, son lo peor que hay en México. Pobre comunicador. Lo que él hace son las típicas patadas de ahogado. Sabe que internet va a matar a la prensa vendida, como la que da albergue a Gómez Leyva, y que contra esto no hay nada que hacer. Pero, en su desesperación, critica y calumnia. El clásico porro de los medios impresos.
Algunos periodistas, escritores, políticos y empresarios nos critican a los que rechazamos las propuestas del gobierno federal encabezado
Algunos periodistas, escritores, políticos y empresarios nos critican a los que rechazamos las propuestas del gobierno federal encabezado por Felipe Calderón Hinojosa, uno de los candidatos que, en 2006, no ganó las elecciones.
Me dirán que sigo con la vieja canción del fraude, y tendrán razón. No me olvido del robo electoral que impidió la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia y, en cambio, llevó a Los Pinos a un incompetente que, buscando legitimidad, desde el primer día de su gobierno metió a México en una absurda guerra contra el narco en la que nadie va ganando, en la que todos hemos perdido ya.
Ahora, en un nuevo intento para legitimarse, Calderón ha lanzado una iniciativa de reforma política que, está claro, no pasará en los espacios legislativos. Al presidente espurio tanto sus rivales como sus aliados, particularmente los del PRI, ya le dijeron que No. Es decir, lo han mandado al carajo, cosa que a mí me parece muy correcta. Más aún, el PRI ya le ha informado a Calderón, a través del senador Manlio Fabio Beltrones, que habrá reforma, pero no la enviada por el ilegítimo inquilino de la casa presidencial, sino la que se le pegue la gana al priismo. Esto no garantiza la mejor de las reformas posibles, pero la de Calderón tampoco es la gran cosa.
El caso es que, para apoyar al hombre que controla los mayores presupuestos en el país, es decir, a Felipe Calderón, un grupo de periodistas, escritores, empresarios y artistas, todos comprometidos con el gobierno federal naturalmente, lanzaron un desplegado criticando a la generación del No. Lo que ellos pretenden es que se le diga Sí a Calderón. Eso es todo, quieren quedar bien. México y las reformas políticas que hacen falta les tienen muy sin cuidado. Lambiscones, vendidos, chafas. Eso son los promotores del desplegado, nada más. No hay que hacerles caso.
Por lo que a mí respecta, con satisfacción seguiré diciendo No al fraude, a la injusticia, a la arbitrariedad y a la incompetencia del peor gobierno federal que se recuerde.
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