martes, 23 de febrero de 2010

Anahí es irresponsable y está cerca del delito---Federico Arreola

A pesar de su juventud, Anahí es una cantante enormemente popular. Llena estadios en todas partes, es una de las principales figuras de la televisión en Latinoamérica, las revistas de espectáculos se ocupan de sus actividades con frecuencia, en twitter tiene más de 200 mil seguidores… Hace muy bien su trabajo, sin duda. Pero a mí me ha demostrado que no es una persona responsable. Esta mujer, en mi opinión, no ha sabido dar buen ejemplo a los millones de adolescentes de varios países, particularmente de Brasil, que más que admirarla, la idolatran. Ella sabe que tiene poder sobre los millones de muchachitos que la veneran. Y abusa de su posición. Me consta.


Hace dos o tres semanas alguien, en twitter, criticó la capacidad intelectual de @anahi. La defendí. En ese contexto, otra persona me dijo que a ella se le caían los dientes, y lo lamenté. Unas horas más tarde, la señorita Anahí tuiteó un mensaje en el que me explicaba, con amabilidad, que sus dientes están sanos. Fue cordial y respetuosa conmigo y en ese tono le respondí. Pensé que ahí había terminado el incidente. Me equivoqué. Inmediatamente después del mencionado intercambio de saludos entre ella y yo, empecé a recibir tweets de sus admiradores. Violentos, agresivos, amenazantes. Sobre todo en portugués, los fans de la estrella juvenil me dijeron cientos, miles de veces que me iba a morir. No pocos de ellos describieron la forma en que me iban a asesinar. Los más moderados simplemente me informaban que me iban a echar de Twitter, a base de reportarme como spam, tal y como lo habían hecho con el periodista de espectáculos Horacio Villalobos. Arrogantes, además de pandilleros.


Le pedí a @anahi que tranquilizara a los muchachos, que utilizara su liderazgo para decirles que las agresiones verbales —las calumnias, las ofensas, las amenazas— no deben utilizarse. Ella no lo hizo. Es decir, con su silencio consintió y aun alentó el comportamiento delictivo de los adolescentes. Delictivo, sí, porque las amenazas son un delito. El asunto llamó la atención y fui entrevistado, en Televisa, por el periodista de espectáculos llamado Pepillo Origel. Conté la historia en una breve entrevista de televisión.


Este lunes, también en el programa de Origel, entrevistaron a Anahí acerca de lo que yo había dicho. Sintetizo enseguida lo que respondió la imprudente cantante: Que no tiene la menor intención de pedirle a sus seguidores que dejen de proferir amenazas, ya que “si se meten conmigo o con mis fans… se meten con las fieras”; que sus admiradores son realmente intensos: “La misma pasión con la que me defienden la pongo yo para defenderlos… A mis fans que ni me los toquen. El otro día alguien me dijo: ´Oye Anahí, es que tus admiradores están bien gruesos, y yo respondí: ¡Ahhh, con ellos no se metan!. Yo no soy la mamá de mis fans para decirles qué hagan y qué no hagan”.


Cuando supe eso, lo leí en el sitio www.enelshow.com, imaginé en su infancia a aquel narcotraficante tan sanguinario apodado Don Neto. Lo vi de pantalones cortos defendiendo a una estrella de la canción de su época, digamos por llevar las cosas al absurdo, a Lucha Reyes. Para completar el cuadro, quise ver a Lucha respondiendo bravucona, al enterarse de que Netito amenazaba de muerte a sus críticos: “El que se mete con mis admiradores se mete con las fieras”. Y en fiera quedó convertido el legendario capo de la mafia.

Si Anahí no entiende que ella tiene una responsabilidad enorme al ser adorada por millones de adolescentes, entonces no merece el lugar que ocupa en el negocio de los espectáculos. Su actitud (llamar “fieras” a sus admiradores juveniles, presumir que estos son “bien gruesos”) está muy cerca del delito. Si cruza la frontera que ya está pisando, terminará no solo por meterse en serios problemas, inclusive legales, sino por dañar lamentablemente a no pocos muchachos que la siguen con fanatismo.

No hay comentarios: