miércoles, 3 de febrero de 2010

Salvador García Soto--Serpientes y Escaleras


Los otros costos de la guerra

Para los estrategas militares, los “costos necesarios” de los que hablan en el gobierno —que no es otra cosa que la pérdida de vidas de civiles inocentes en la lucha contra el narcotráfico— son en realidad los “efectos colaterales” de una guerra. Toda confrontación bélica los tiene y son parte del cálculo de un Estado que decide hacer la guerra. El problema es cuando los “efectos colaterales” comienzan a ser mayores que los avances hacia el objetivo; si eso pasa la estrategia está fallando.
México empieza a tener demasiados “efectos colaterales” en la guerra contra el narcotráfico; hay avances sí, pero éstos no impactan ni en la realidad ni en la percepción de la sociedad, el poder ofensivo y el nivel de violencia de los grupos del narcotráfico. Los datos y estadísticas del gobierno federal sobre las cantidades de drogas decomisadas, los presuntos narcotraficantes detenidos —que no sentenciados— o el armamento asegurado, palidecen cuando en venganzas y disputas territoriales entre narcos, caen inocentes, jóvenes que sólo asistían a una fiesta.

Si la pérdida de vidas humanas inocentes no fuera ya motivo de alarma, el costo fiscal de la guerra es otro ángulo que genera dudas. La revista Expansión de noviembre, afirma que México vive una “economía de guerra”. La Secretaría de la Defensa se ha convertido en una de las dependencias federales con más gasto y aumentó sus compras en 60% en 2009, lo que creó oportunidades de negocio para pequeñas y medianas empresas.
Mientras que en el mundo el gasto militar crece en los países, aún los más desarrollados, a un ritmo del 4% anual, en México desde que Felipe Calderón asumió el gobierno la inversión militar está aumentando a un ritmo de 11% anual. La Defensa se convierte así en una de las dependencias públicas con mayor crecimiento de gasto en el actual gobierno, o lo que es lo mismo, proporcionalmente se invierte más en armas y gasto militar que en programas sociales.

Ayer, desde Israel donde visitó las instalaciones del Mossad, el gobernador Enrique Peña Nieto se sumó a las voces que cuestionan la estrategia calderonista: “El combate a la delincuencia corre el peligro de convertirse en un círculo vicioso, en un embudo sin fin. El enfoque no debe ser únicamente punitivo, de virtual estado de guerra, sino hacer uso de todos los instrumentos e instituciones que tiene el Estado mexicano para hacer frente a las actividades del crimen organizado”.

Los “efectos colaterales” pues seguirán ocurriendo; ¿cuánto tiempo, cuántos millones de presupuesto más, cuántas vidas para replantear la estrategia?

NOTAS INDISCRETAS… A ver qué quiso decir el diputado priísta Héctor Pablo Ramírez Puga; el testaferro de Ulises Ruiz afirma tener videos donde un ex diputado local —hoy federal—, Guillermo Zavaleta, “pide y recibe dinero para la campaña de Santiago Creel en 2005”. Pero ayer, el mismo Héctor Pablo dijo que entre los videos aparece también el dirigente estatal panista, Carlos Moreno Alcántara, que en aquel año era operador de la precampaña de Felipe Calderón. ¿O sea que el PRI Oaxaca financió al mismo tiempo a Creel y a Calderón cuando ambos buscaban la candidatura del PAN? Esa sí es nota… Los dados repiten... otra Escalera.

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