.Don Manuel Ibarra Ruiz era el suplente en la fórmula presentada por el PRD para la elección de diputado local por el sexto distrito de Baja California, específicamente en el municipio de Mexicali. Pero el candidato titular, Asunción Collado, renunció en una sucia maniobra política. Así, don Manuel tuvo que entrar al quite. Collado, al parecer, traicionó al perredismo y ahora hace campaña a favor del PAN. Es chucho el tal Collado, sin duda.
Cuando Manuel Ibarra asumió la candidatura lo hizo sabedor del enorme reto que significaba entrar a la contienda al cuarto para las doce, sin recursos y sin apoyo de un partido que va de mal en peor en todo el territorio nacional. Es decir, solo por idealismo asumió esa responsabilidad. Por fortuna, a pesar de las dificultades tiene posibilidades de llegar al Congreso local de Baja California.
El principal problema del señor Ibarra tiene que ver con el dinero que a él le falta y a sus rivales del PRI y el PAN les sobra. Solo por dar un dato, mientras su contrincante panista ha gastado ya unos 3 millones de dólares en la campaña, don Manuel invertirá solamente 40 mil pesos. No tiene más, ya que el candidato perredista que renunció antes de realizar un solo acto proselitista se gastó la mitad del presupuesto asignado por el PRD para el VI distrito con sede en Mexicali.
A pesar de la modestia de la campaña de Manuel Ibarra, la gente está respondiendo al mensaje de esperanza que este perredista transmite, que básicamente consiste en una propuesta que el candidato elabora al dialogar con la gente: acceso a la salud con dignidad, educación pública de calidad desde preescolar hasta postgrado, empleo bien remunerado, seguridad pública y respeto a los derechos indígenas, pues en este distrito se ubican los indígenas cucapah, originarios de Baja California.
Lo que más gusta a los electores de izquierda de Mexicali es que Manuel Ibarra, al entregar su propaganda, entrega también, persona por persona, el diario Regeneración, editado por el gobierno legítimo encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
Así como trabaja Manuel Ibarra en Mexicali deberían trabajar todos los candidatos en campaña a lo largo y ancho del país: con pocos recursos, con mucho entusiasmo, privilegiando el diálogo con la gente más necesitada y siendo fieles a sus ideales, no a sus intereses.
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