Nada que ocultar. Los supuestos encargados de tomar las decisiones más importantes del país no se habían expuesto tan claramente. Quienes se han dicho enemigos, contrincantes ahora se toman de la mano sin ningún empacho.
Vicente Fox durante su sexenio propuso a Sergio Valls como Ministro. El señor Ministro trabajó y votó a favor de los intereses de Don Vicente, ahora lo hace bajo la influencia de Felipe de Jesús.
La semana pasada en la calurosa Tuxtla Gutiérrez tuvo lugar tremenda reunión. El Ministro de Fox festejó su cumpleaños rodeado de queridísimos amigos y compadres. Compartieron el pan y el vino tétricos individuos como Carlos Salinas de Gortari y Roberto Gil, secretario particular de Calderón. De la mano Panistas y Priístas, que al fin y al cabo son lo mismo, bebieron y comieron a sus anchas, muy anchas. Había gobernadores despreocupados; Javier Duarte y Roberto Borge paseaban mostrando una sonrisa de oreja a oreja como si en sus estados no existiera el hambre, la miseria y los decapitados.
Que diferente se sentía el ambiente en el maravilloso pueblo de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, cuando el jueves pasado la calle principal se llenó de mujeres y flores. Más de 15 mil oaxaqueños bañados en sudor esperaron la llegada de un hombre al que consideran desde hace tiempo un hermano más del Itsmo.
Andrés Manuel López Obrador coronado con flores de colores caminó muchas cuadras junto a hombres y mujeres que también están hasta la madre de los gobiernos neoliberales que han llevado a México hasta el límite. Escucharon el discurso en silencio. Reconocieron verdades señaladas por Andrés Manuel y al final no paraban de gritar “Obrador, Obrador”.
Que diferentes escenarios. Difícil pensar que ocurrieron en el mismo territorio. Tampoco resulta fácil aceptar que hay mexicanos que no identifican estos opuestos. Y aunque somos muchos los que sabemos qué hacer, aún falta un largo camino. Informarse e informar al de junto es la solución.
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