Si hay un grupo de comunicación ejemplar es Imagen. No necesariamente estoy de acuerdo con su línea editorial, pero reconozco el enorme mérito de sus propietarios Olegario Vázquez Raña y su hijo Olegario Vázquez Aldir, que invirtiendo mucho dinero, que nadie les regló, por cierto, y sin que el gobierno les otorgara concesiones gratuitamente, armaron una de las empresas multimedia más prósperas y potentes de México.
Hace 10 años los mencionados empresarios no contaban con ningún medio de comunicación. Ahora, después de mucho trabajo (contrataron a uno de los ejecutivos jóvenes más talentosos que conozco, Ernesto Rivera, de Sonora, cercano a la familia Colosio), después de haber metido al proyecto recursos muy importantes, los señores Vázquez Raña y Vázquez Aldir pueden presumir de estar entre los líderes en la radio, con Grupo Imagen; en la prensa, con el viejo Excélsior al que, en buena hora, revivieron, y de que con Cadena 3 empiezan a ser una opción a las dos grandes televisoras nacionales, Televisa y TV Azteca.
En Grupo Imagen colaboran algunos periodistas exitosísimos, como Pedro Ferriz de Con, con el que nunca estoy de acuerdo, pero que es, sin duda, el conductor del noticiario de radio comercialmente más importante de México, lo que no es poca cosa; Adela Micha, quien también participa en Televisa, una de las tuiteras con más seguidores en nuestro país, y Jorge Fernández Menéndez, siempre informadísimo columnista, viejo amigo del que me alejó la pasión política de 2006.
Hace rato, invitado por Adela Micha, participé en una discusión, en su programa de radio en Imagen, con un priista destacado, Jesús Murillo Karam, y un panista en el poder, Juan Ignacio Zavala, cuñado de Felipe Calderón e integrante del equipo de campaña de Josefina Vázquez Mota.
Quedó claro en ese programa que ni soy de izquierda ni tengo, ahora, nada que ver en la campaña de Andrés Manuel López Obrador (en 2006 participé activamente al lado de AMLO, pero esta vez no hubo condiciones para hacerlo).
Murillo Karam, en el programa de Adela, defendió, creo que muy bien, el papel de Enrique Peña Nieto en el debate.
Zavala, para mi sorpresa, en vez de utilizar su capacidad de polemista, que la tiene, para defender lo realizado por Vázquez Mota en el debate del IFE, decidió lanzarse con todo contra López Obrador y, de paso, como no queriendo dejó caer alguna flor dedicada a Peña Nieto.
El domingo en la noche, después del debate, vi a Juan Ignacio en un programa de Milenio TV y, lo que era lógico, en esa mesa de análisis argumentó absolutamente en la línea de lo expresado por Vázquez Mota momentos antes: contra Peña Nieto.
Dos días después, Zavala cambió su objetivo. Dejó de ser su prioridad atacar al candidato presidencial del PRI, al que inclusive elogió a su manera, y se dedicó a golpear a Andrés Manuel.
Lo anterior significa que los panistas ya se dieron cuenta de que AMLO rebasó a Josefina en las encuestas y que, en la familia Calderón, a la que Juan Ignacio pertenece, decidieron abortar el “despegue” de la candidata del PAN.
El domingo dije que, en la aviación, hay una velocidad V1 fundamental para el piloto: antes de alcanzarla, si la aeronave presenta una falla, se puede abortar el despegue, pero después de pasar la V1 el avión obligatoriamente se debe ir al aire cualquiera que sea la falla que presente.
El debate del pasado domingo era la V1 para Vázquez Mota. Dependiendo de su actuación, Felipe Calderón la iba a seguir apoyando con todo, es decir, se iba a ir “al aire” con ella, o iba a abortar el “despegue” de la panista.
Dado que Josefina Vázquez Mota lo hizo realmente mal en el debate, y dada la actitud de Zavala hace rato con Adela Micha, me queda claro que Calderón decidió “abortar” el despegue de la candidata de su partido. Es decir, se irá poco a poco con Peña Nieto para pactar con el priista cuando todavía puede hacerlo. Se olvidará, así, de Josefina y, para cubrir las apariencias y tratar de quedar, al menos, en segundo lugar, se lanzará desde Los Pinos una fuerte ofensiva contra AMLO.
Así es la política, qué se le va a hacer.
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