Cacahuates
“Debes seguir tu propio camino, porque
jamás serás feliz siguiendo el de otro”
iphilosofia
Dibujo de Quino. “¡Cuánta Bondad!”. Edit. TusQuets. 1993.
Estimado lector ¿sabe usted por qué trabajan las personas? ¿Es para ganarse la vida, para obtener reconocimiento o para ser felices? Y en ese orden de ideas, podemos preguntarnos ¿Es “el hobby” de la gente la verdadera pasión que dirige su vida?
Hasta ahora, la creencia de que la gente trabaja por dinero es una afirmación válida, generalizada e incuestionable, pero ¿es así?
Ken Robinson dice algunas cosas que puestas todas en un solo argumento, permitirían debatir el argumento anterior. A través de “La falacia del incentivo monetario”, Robinson es escandalosamente retador[i]:
- Nuestras motivaciones son increíblemente interesantes
- Los científicos están sorprendidos: no somos tan infinitamente manipulables y predecibles como la mayoría de las personas cree.
- La famosa fórmula: “si recompensas, obtienes más de lo que quieres – si castigas obtienes menos de lo que quieres” es falsa.
El experimento I.
Científicos del MIT (Massachusset Institute of Technology) tomaron un grupo de personas y les dieron una serie de desafíos, cosas como: memorizar una serie de dígitos, resolver crucigramas, rompecabezas espaciales, hasta actividades físicas como lanzar pelotas a un aro.
Para incentivar su rendimiento, hay tres niveles de recompensas: si lo hacen bien, tienen una recompensa pequeña, si lo hacen medianamente bien, tienen una recompensa mediana y si están en los más altos rendimientos, la recompensa es igualmente elevada.
¿Le suena esta película? Dice Robinson que es el experimento representa el típico esquema de motivación de una organización: recompensamos al mejor e ignoramos al de menor crecimiento ¿y qué pasa con los del medio? Obtienen un poquito.
En el experimento anterior, éstos fueron los resultados que asombraron a los científicos:
- Siempre y cuando la tarea requiera sólo habilidades mecánicas, el incentivo funciona como se espera
- Una vez que la tarea requiere la utilización de mínimas habilidades cognitivas, mayor recompensa lleva a un pobre rendimiento…insólito ¿no cree usted?
- Los que hicieron el estudio, son todos economistas, dos del MIT de Chicago y uno de Carnegie Mellon“Top Economic Professors” y están llegando a esa conclusión que parece totalmente opuesta a lo que se aprende de manera ortodoxa en ese campo, que es :”A mayor recompensa, mejor rendimiento”. Una vez que superas las habilidades cognitivas, todo es al revés.
- Lo anterior es extraño, lo extraño es gracioso y lo gracioso es bizarro
El experimento II. La réplica en India
En Madurai, India, en la parte rural, donde 50 ó 60 dólares, cualquiera que sea el número, es significativo en términos monetarios, éstos mismos profesores replican el experimento, bajo el siguiente esquema:
- Bajo rendimiento.- Salario equivalente a dos semanas
- Medio rendimiento.- Salario equivalente a un mes
- Alto rendimiento.- Salario equivalente a dos meses
En India, aplicaría otro contexto. Muy diferente al de los Estados Unidos. Ésta vez, el estudio demostró que las personas mejor pagadas, tenían los peores rendimientos. Lo sorprendente de estas conclusiones es que se repitieron una y otra vez a lo largo y ancho del planeta y realizados por especialistas de diferentes áreas: psicólogos, sociólogos, etcétera.
En el mundo real, todos debemos trabajar para obtener una remuneración que nos permita proporcionar un nivel de vida digno y decente para nosotros mismos y nuestros seres queridos. El punto de Robinson es que seremos mucho más eficientes, productivos y felices, si hacemos lo que nos gusta y nos realizamos a través de esto. Desafortunadamente, en la mayoría de los casos, en la elección que realizamos de nuestro trabajo opera el “ni modo, esto fue lo único que pude encontrar”, sin considerar que el genio interior, la pasión o “el elemento” como le llama Robinson nos catapultaría al éxito por la simple y sencilla razón de que estaremos haciendo lo que nos gusta y de paso…sólo de paso, seremos felices en el proceso.
¿Usted qué opina, estimado lector?
PD.- ¿Cuál es su elemento?
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