Los cerdos y el poder
"Cerdos, pónganse a temblar" Humberto Moreira
El ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, continúa siendo un hombre del poder, pero no es un hombre de poder. La diferencia, que pudiera parecer sutil, es nodal a la hora de analizar su actual discurso, desde la postura de un padre que ha perdido a un hijo en medio de la guerra en contra del crimen organizado y que es, a la vez, señalado como el responsable de haber hundido a su Estado en una deuda que Estados Unidos ejemplifica como una muestra de la corrupción oficial en México[i].
¿Podemos afirmar entonces que un corrupto es un criminal? ¿quién es más infame, un narcotraficante o un político a quien el pueblo ha otorgado la responsabilidad de representarlo y lo traiciona impunemente[ii]? ¿podemos hablar de criminales institucionalizados? ¿cómo podrá el Ejecutivo combartir un tipo de criminal con una mano, mientras con la otra pacta con lo peor de la clase política mexicana?
En un giro fatal de los acontecimientos, el señor Moreira, el padre de familia, ha caído en desgracia. Hoy declara, al final de una tensa entrevista realizada por El Universal, un mensaje que va dirigido a los que él llama narcoempresarios: Cerdos, póngase a temblar. Y es que afirma que la IP ligada al narco en Coahuila, mató a su hijo[iii] José Eduardo.
Y agrega:
“Se la dan de santones, aquí en el pueblo, en el Estado…se codean con la Sociedad, se han hecho millonarios a partir de su trato con narcotraficantes. A ésos, los quiero ver en prisión”[iv]
Estamos de acuerdo, estimado lector, en que nosotros, los mexicanos, queremos también ver en prisión a los políticos corruptos, que empeñan el futuro de las generaciones de niños y jóvenes en los gobiernos de turno, que sin menoscabo de su poder se comportan como virreyes, dueños absolutos de vidas y destinos de aquellos que algún día confiaron en ellos.
La valiente periodista Lydia Cacho, fue duramente criticada por algunos sectores[v], incluyendo la misma familia del político Coahuilense por haber demostrado lo que ellos denominan falta de tacto, en la nota periodística publicada en relación al asesinato del hijo del ex gobernador de Coahuila.
Sin embargo, aquellos que han sufrido en carne propia la muerte de un hijo desde la ciudadanía, ajenos al poder y a los cerdos del discurso de Moreira, coinciden plenamente con la postura de la periodista[vi]:
“Y debo decir que si su hijo fuera un muerto más de esta guerra, él estaría como el resto de los padres y madres, haciendo fila, lleno de ansiedad y angustia, para que la procuraduría estatal recogiera su caso antes de los otros dos mil pendientes”
Pero no asombra, estimado lector, la reciente postura del señor Humberto Moreira, los cerdos de Moreira no son iguales que los que denuncian los demás padres y madres de las víctimas de la guerra en contra del crimen organizado, tal vez porque al ex gobernador de Coahuila le hace falta, antes que nada, un espejo.
Por cierto, su madre putativa, la señora Elba Esther Gordillo, no se ha pronunciado al respecto http://www.sdpnoticias.com/columnas/2011/08/26/moreira-el-hijo-de-elba
¿Usted qué opina, estimado lector?
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