sábado, 6 de octubre de 2012

De cómo podría pararse la reforma laboral e irse a la congeladora- Por Victor Hernández


Con la novedad de que los Senadores se dieron cuenta de que si se le hacen cambios a la reforma laboral enviada por Felipe Calderón, y se vota con esos cambios en el Senado, la reforma laboral podría no aprobarse en definitiva e irse a la congeladora en la cámara de diputados. Fueron los senadores del PRI los que advirtieron que esto podría ocurrir, si se le hacen cambios a la reforma en el Senado, debido a que entonces, luego de votarse en el Senado, tendrían que regresar la reforma a la Cámara de diputados. Pero una vez regresada a la Cámara de Diputados, no hay reglamento que obligue a los diputados a votarla en 30 días, ni hay ley alguna que la apruebe en automático, puesto que ya se complieron con los plazos que marca la ley para votar la reforma tanto en la cámara de diputados como en la de Senadores. Por este motivo, de acuerdo con Reforma, el PRI alega que es poco lo que se le tenga que agregar a la reforma laboral, y admitieron que si le regresan la inciativa a los diputados con modificaciones, entonces no hay reglamento para que la reforma pueda salir adelante. El detalle es que hay grupos clientelares del PRI, como la CROC, que no está conforme con la manera en la que quedó la reforma laboral, particularmente en los temas del pago por hora, la antigüedad, la seguridad social y el salario, y la quiere cambiar. Pero el PRI no quiere hacerle cambios a la reforma para que no se le agregue el tema de la transparencia sindical. Con lo cual tenemos una situación sumamente idiota: El PAN quiere cambiar la reforma que ellos mismos mandaron al congreso, y que ya cambió el PRI en San Lázaro, y el PRI no quiere que se cambie. Ahora bien; no nos hagamos tarugos. El PRI ni quería la reforma laboral. La quería Felipe Calderón. Enrique Peña Nieto le ordenó a los legisladores priistas aprobarla porque es parte del pacto para que lo dejen tomar posesión y no balconear los delitos electorales del PRI. Así que si la reforma se va a la congeladora, el PRI no pierde nada. A lo mejor balconean los panistas el fraude de Peña Nieto, pero como ya es asunto juzgado ¿qué le pueden hacer? La manera en la que se puede hacer es es la siguiente: 1. Hacerle modificaciones a la reforma laboral en el Senado. 2. Votarla el 30 de noviembre. 3. Mandarla a San Lázaro nuevamente. 4. "Analizar" los cambios con detenimiento, digamos... otros 30 días. 5. ¡Ups! Primero de diciembre. El congreso no puede sesionar porque es la toma de protesta. 6. El 2 de diciembre, ya que Calderón se haya ido a la chingada de Los Pinos, ¡UPS! Híjole... hace falta más tiempo para analizar la reforma laboral. Ahí será en otra ocación. Pero como no soy ingénuo, y se que el PRI obedece his master's voice (como dice Pomponio) de la cúpula empresarial, dudo que eso vaya a ocurrir. Pero sí quiere decir que hay otras maneras para intentar parar la reforma laboral. De lo que se requiere es de meterle más presión al PRI. Porque los que queiren que la reforma laboral pase a como de lugar son los panistas.

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