Índice Político
Por Francisco Rodríguez
“Los niños necesitan más de modelos que de críticos”.
Joseph Joubert
UNA SUERTE DE “botellita de jerez, todo lo que digas será al revés”. Y, claro, “tontos… mentirosos… que traguen camote”. Tales las expresiones que los contribuyentes hemos escuchado el último fin de semana, de parte de destacados miembros del Partido Acción Nacional, lo que inevitablemente me hace pensar en el alto grado de infantilismo que campea al seno de la organización política que, “haiga sido como haiga sido” hace como que detenta parte del poder público.
Primero, Germán Martínez en un video “subido” a la página electrónica del PAN en el que pretende dar respuesta política (jejeje) a los señalamientos sobre la corrupción, el derroche y la opacidad en el gasto del sexenio de Vicente Fox, surgidos la semana anterior desde la Cámara de Diputados, donde fueron reprobadas las cuentas públicas de la anterior Administración, correspondientes a 2002 y 2003.
Cual hacen los mediocres que no aceptan sus responsabilidades, sino buscar culpabilidades en los demás, Martínez “defendió” al último legal ocupante de Los Pinos atacando a algunos de sus antecesores, excepción hecha del aliado Ernesto Zedillo:
“¿Acaso alguien recuerda las cuentas de Echeverría, de Díaz Ordaz, de López Portillo o de Salinas? ¿Han podido los mexicanos revisar lo que aquellos fallidos gobiernos hicieron para cuidar el gasto, abatir la pobreza, luchar contra los criminales o combatir la corrupción?...”
Respuesta pueril, ciertamente. Tanto o más que la brindada un par de horas después por el ex Presidente quien, cuidadoso de las formas que su actual cónyuge inculca entre los habitantes de San Francisco del Rincón para no quedar mal ante las personalidades que las visitan, llenó de improperios como los que utilizan los chamacos a los legisladores federales.
Atraviesan el PAN y los panistas una especie de crisis existencial o, más bien, momentos de debilidad en su identidad, cual las que padecen los púberes que no aceptan a transitar de su etapa infantil, lo que generalmente es tratado clínicamente por psicólogos o, en casos extremos, por psiquiatras.
¿Hasta dónde llegarán los panistas, estancados en su infantil identidad de héroes o soldaditos de plomo jugando a “la guerrita”, a “policías y ladrones”, sin que la ciencia médica los ayude a dejar los fantasmas de la infancia o, en el extremo, la sociedad los margine? Enfermos, desvirtúan el entorno, amoldándolo a su fantasiosa realidad. No es cierto lo que se dice de ellos. En realidad, todos los demás son “tontos… mentirosos… andan tragando camote”, cual dijo apenas el esposo de Marta Sahagún.
Nos asomamos apenas al abismo que representan las campañas electorales para renovar a la Cámara de Diputados federal y el debate iniciado por los capitostes del partido blanquiazul deja mucho qué desear.
Y no, no es Germán Martínez ni su publicista hispano quienes cargan con la responsabilidad del bajo nivel que tendrá lo contienda, porque entre aquellos que mantienen cierto contacto con Los Pinos se asegura –en voz baja, claro está—, que los “estrategas” son los hermanos Zavala Gómez del Campo: Margarita, en una suerte de desdoblamiento de su marido Felipe Calderón, y el cuñado de éste, Juan Ignacio.
Son entonces Margarita Zavala y Juan Ignacio Zavala quienes juegan el papel de ventrílocuos y Germán Martínez el de muñeco a quien hacen decir disparates infantiloides, para regocijo de la audiencia. Ellos se parapetan detrás de él, cuidando la figura en caso de que sus tácticas fracasen o cuando menos sean revertidas. Otro juego infantil, pues: el de “las escondidillas”.
¿Veremos después la “rueda, rueda de San Miguel”? ¿Acaso “la roña”?
Cuidado, porque las cosas infantiles, en los niños, son naturalmente sublimes. Pero en tipos de apariencia o realidad pusilánime, como Martínez y Fox, respectivamente, que saben mentir, que dominan el cinismo, que saben disparar a matar y que están cebados como caimán de río, son cosas que sobrellevan a un imperante peligro para el sostenimiento del bienestar general.
Indice Flamígero: La Secretaría de Salud, a cargo del guanajuatense Ángel Córdova Villalobos, ha sido cuando menos remisa de lanzar dos alertas sanitarias por sendas epidemias que ahora mismo amenazan a la población. Una de hepatitis, que desde octubre anterior ataca con ferocidad a los infantes. Otra, más grave —aparecida hace un mes en Tlaxcala—, de influenza que deriva en neumonía atípica. Tan sólo en mi entorno cercano, esta segunda ya ha cobrado dos víctimas mortales. ¿Será acaso porque ni en los hospitales privados, menos aún en los públicos, hay vacunas en contra de estos dos peligros reales? Le seguiré informando.
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