Asombra que en un país donde los propósitos no corresponden a las intenciones verdaderas, en que los mejores proyectos se desvían en poco tiempo, en que la voluntad de los fundadores es traicionada por sus sucesores, la empresa y el propósito de La Jornada se haya mantenido y cumplido en el espacio turbulento de los 25 años más difíciles en la historia contemporánea. Si cotejamos el discurso de Carlos Payán cuando presentó el proyecto de edición del periódico y los hechos, debemos aceptar que la misión de los optimistas que se reunieron para crear una sociedad de comunicación se cumplió.
Payán propuso cinco compromisos fundamentales: 1) Con la defensa de la soberanía y la independencia nacional. Y no ha sido fácil cuando México casi se ha convertido en un protectorado. 2) Con la defensa del ejercicio de las garantías individuales y sociales, cuando la violación al espíritu y a la letra de las reformas sociales son hechos cotidianos. 3) Con las necesidades y demandas de los trabajadores en un periodo de capitalismo salvaje. 4) Con la democratización de la vida pública, cuando la incipiente democracia mexicana ha naufragado. 5) Con la distribución igualitaria de la riqueza y la disminución de los privilegios, cuando la corrupción, la impunidad y la desigualdad han llegado a los peores extremos. Nosotros hemos cumplido, el poder no.
El diario ha reflejado la experiencia que vive el país real. No la virtual que construyen todos los días los medios controlados. Este diario ha dado voz a quienes no la tienen. Cuando predominan el encubrimiento y el disimulo y la simulación. También asombra que párrafos centrales del discurso inaugural de Payán puedan ser repetidos hoy palabra por palabra.
“En medio de la crisis que sacude nuestra sociedad, los medios de comunicación, la prensa en México, viven, creemos, un momento contradictorio. Pocas veces ha habido una opinión pública tan receptiva como ahora. Tantos oyentes y televidentes. Tantos recursos técnicos y humanos destinados a producir y transmitir información. Pero pocas veces también la comunicación efectiva con la sociedad ha sido tan precaria, tan distante, nos parece, de los problemas cruciales que aquejan al país…
“En la hora de la crisis queremos convocar a una nueva jornada de periodismo crítico y democrático, planteado en todo momento como un instrumento de solidaridad con quienes apoyamos las mejores causas del país”.
jaorpin@yahoo.com.mx
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