miércoles, 16 de septiembre de 2009

Padres de la patria

16 de Septiembre, 2009 - 00:00
Con la autoridad moral que le da su compromiso con el pueblo y su lucha incansable en la defensa de las causas justas, Andrés Manuel López Obrador rindió, a través de su discurso, un verdadero homenaje a los hombres que nos dieron patria. Inició recordando que Hidalgo y Morelos lucharon contra el colonialismo español pero también, y de manera contundente, a favor de la igualdad y contra el racismo y la esclavitud, situaciones que siguen vigentes y por las cuales hoy en día el pueblo demanda, como hace 200 años, libertad, justicia y democracia.Mencionó que la profunda e infame desigualdad social que padece la inmensa mayoría de los mexicanos está sometida, como entonces, por un grupo con intereses creados que domina por encima de los ordenamientos constitucionales y por medio del control y la manipulación a través de los medios de comunicación. Y aclaró ante miles de personas presentes en el Hemiciclo a Juárez, que en víspera del bicentenario del Movimiento de Independencia, más que el festejo frívolo al estilo porfirista, debemos refrendar el compromiso de seguir luchando para hacer realidad los anhelos que dieron origen a esa gran gesta histórica del pueblo y de sus dirigentes. Las palabras de Andrés Manuel, por contener la verdad y los mejores propósitos por el bien de la nación y del pueblo, siempre resultan cálidas y nos invitan a la acción: Aquí un fragmento: “Cada vez es más claro que los males que aquejan y atormentan a la nación no podrán remediarse si no llevamos a cabo un verdadero cambio, una renovación tajante de la vida pública; una transformación como la que lograron los movimientos de Independencia y de Reforma, y la Revolución Mexicana.

Esta transformación que necesita el país debe conseguirse de manera pacífica, con mucho trabajo de orientación, conscientización y organización del pueblo. Éste es el único camino para enfrentar la decadencia y lograr el renacimiento de México. Y repito una vez más: Sólo el pueblo puede salvar al pueblo; sólo el pueblo organizado puede salvar a la nación.Por eso hoy, en esta fecha histórica, convoco a todos los integrantes de este movimiento, y a los hombres y las mujeres de buena voluntad, decididos sinceramente a luchar por un verdadero cambio, a que juntos llevemos a cabo, una campaña nacional de concientización que permita despertar a quienes son engañados por la mayoría de los medios de comunicación que sirven a la mafia del poder.Estoy consciente de que esta acción demandará mayores esfuerzos.

Pero es nuestro deber. Además, es mucha la satisfacción de luchar por causas justas. La felicidad no está en la acumulación de bienes materiales, riquezas o lujos, ni el triunfo a toda costa y sin ningún escrúpulo. La verdadera felicidad consiste en estar bien con nuestras conciencias, con nosotros mismos y con el prójimo.No olvidemos que Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero, Villa, Zapata y los hermanos Flores Magón, lo dieron todo por sus convicciones, por sus ideales y por su profundo amor al pueblo. Les hablo así porque estoy seguro de que ustedes, como muchos otros mexicanos, no son ciudadanos sometidos: son hombres y mujeres excepcionales que siempre estarán a la altura de las circunstancias. Por eso les vuelvo a manifestar mi respeto y mi admiración.Gracias, muchas gracias, por su dignidad, por su rebeldía, por su perseverancia, por su necedad de no rendirse y de no venderse”.

¡Viva México!

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