JUDITH AMADOR TELLO
MÉXICO, D.F., 16 de septiembre (apro).- Ni los aplausos ni la voz del tenor Fernando de la Mora ni el ambiente festivo en el Auditorio Nacional, previo al "Grito" en la Plaza de la Constitución, impidieron que se escuchara una sonora rechifla al presidente Felipe Calderón cuando el concertista mexicano mencionó el nombre de Felipe Calderón, casi al término de su presentación, en el concierto Fiesta Mexicana, con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam).
De la Mora fue la voz en el concierto que ofreció anoche la Ofunam, bajo la dirección de Juan Carlos Lómonaco.
Aunque el auditorio lució semivacío y, por momentos, privó la solemnidad, los asistentes salieron satisfechos del concierto que inició con el Himno Nacional y continuó con un popurrí de música tradicional, en el que se interpretaron temas como La Adelita.
Vino luego Chapultec (Obertura republicana), de Carlos Chávez; Cinco danzas cubanas (La Siete, Serenata melódica, Viejos recuerdos, Triste amor y Ayer y hoy), de Mario Ruiz Armengol, orquestada por Arturo Márquez, por encargo de la Dirección General de Música de la UNAM, y Janitzio, de Silvestre Revueltas. Cerró esta primera parte Danzón no. 2, del propio Márquez, que sin duda forma parte ya de una de las obras preferidas del público mexicano.
En la segunda parte, De la Mora interpretó una serie de canciones como Dime que sí, de Alfonso Esparza Oteo; Te quiero dijiste, de María Grever, y Perjura, de Miguel Lerdo de Tejada. Un intermedio musical con el vals Sobre las olas, de Juventino Rosas, y retomó el canto con Cuando vuelva a tu lado, de Grever; Caminante del Mayab, de Guty Cárdenas y Antonio Mediz, y Así, también de Grever.
No faltó Huapango, de José Pablo Moncayo que, a decir del musicólogo Juan Arturo Brenan, tiene en su bien merecida fama aspectos positivos y negativos, entre éstos últimos "ser usada (y abusada) como fondo musical para toda clase de propaganda oficialista y gubernamental, así como en numerosos productos audiovisuales comerciales, promocionales y turísticos de intención nacional o mexicanista".
Al finalizar el concierto, el tenor cantó Un viejo amor, de Esparza Oteo, y una más de Grever, Júrame, invitando al público a corear con él.
Entonces, tomó el micrófono para referirse a la actual crisis, y comentó que, frente a tantos problemas, los mexicanos podían tomar una actitud positiva o negativa, pero él prefería la primera, e instó a hacer algo por el país:
"¿Qué podemos hacer? Simplemente cambiar cada uno de nosotros. Esto ya no es cuestión de que el gobierno cambie. El señor presidente Calderón..."
Fue cuando una rechifla interrumpió a De la Mora, quien luego afirmó que no es panista, priista o perredista. Dijo:
"Volvamos a ser el gran anfitrión que es México para recibir a todo el mundo y no sólo mostrar esta visiones fatalistas: Un país lleno de narcotráfico, de secuestros, de delincuencia. Somos un país de buenas personas, como todos ustedes, como esta maravillosa orquesta, la Ofunam.
"Hay que mostrar que somos capaces de cambiar. Todo está en cada uno de nosotros, no en el gobierno. Cada uno de nosotros tenemos que hacer el cambio", añadió.
"¡Viva México" –remató, y concluyó el concierto con Granada. Se encendieron fuegos artificiales y el escenario se llenó de papeles tricolores.
El público salió gritando vivas a México y a distintos héroes. Algunos entonaban México lindo y querido, que con insistencia pidieron a De la Mora, pero él ya no cantó
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