jueves, 3 de diciembre de 2009

Ya se les queman las habas

Polimnia Romana
03 de Diciembre, 2009
El grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, casualmente, presentó una iniciativa de reforma a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica en la que propone la participación de empresas privadas en la prestación y el cobro del servicio.

Calderón y los privatizadores que lo impusieron en el poder argumentaron que Luz y Fuerza del Centro perdía anualmente 41 mil millones de pesos y por esa razón echaron a la calle a más de 44 mil trabajadores, pero nunca dijeron que dependencias públicas, empresas privadas y municipios deben a la Compañía más de 10 mil millones de pesos, que siguen debiendo hasta la fecha.
Ahora resulta que la CFE pierde 19 mil 500 millones de pesos y sólo obtiene ingresos por 6 mil 500 millones cada año, motivo por el cual los panistas, avalados por el PRI, obviamente, planean la intervención de empresas privadas en el mercado de la energía eléctrica, y argumentan que esta medida responde al gran interés que tienen en mejorar el servicio y el costo para los usuarios…Cómo no. ¿De cuándo a acá les importa a los prianistas el bienestar del pueblo?
Qué bueno que sale a la luz el verdadero motivo por el cuál Calderón arremetió contra LyFC y contra el SME.

Qué bueno que también los mexicanos nos enteremos de la sucia actuación que la CFE ha tenido en este intento del gobierno de privatizar por completo la Industria Eléctrica Mexicana.
Parece que esta ambición del grupo en el poder no va a ser posible porque, como se dice vulgarmente, se pusieron con Sansón a las patadas.

El Sindicato Mexicano de Electricistas tiene realmente la fuerza necesaria para resistir y defender no sólo los derechos laborales de los trabajadores sino la Soberanía Nacional. Estos prianistas no entienden que la patria no se vende.
Ya sabemos que Alfredo Elías Ayub ha permitido la corrupción en la entrega de contratos a extranjeros para generar energía eléctrica, que después les compra a precios altos, pero todo tiene un límite. ¡Ya basta de saquear al país!

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