viernes, 5 de febrero de 2010

Otra vez Marcelo y el agua--Víctor Hernández

Puesto que otra vez ya se inundaron varias zonas del Distrito Federal por las lluvias, va de nuevo este texto llamado ”Marcelo y el agua“ que publiqué el 8 de septiembre de 2009 luego de que, también por las lluvias, el DF se inundó, mientras que el Gobierno del DF se puso a repartir volantes diciéndole a la gente que no desperdiciara el agua. Va:

Marcelo Ebrard debería considerar una estrategia diferente para el problema del agua y debe considerar alternativas económicas para para usar y potabilizar agua para el DF. El lunes pasado, una empresa le envió a Marcelo una carta pidiendo audiencia para presentarle un sistema de potabilización de agua que ya se usa en varias empresas que es entre 50% y 65% más económico que las plantas potabilizadoras tradicionales.

Este sistema, además, puede ahorrar de 60% a 70% en el consumo de agua, mientras que en el 30% a 40% restante se puede solventar con agua de lluvia, y puede reducir la incidencia de inundaciones y encharcamientos.

Me consta que la carta le fue enviada a Marcelo porque tengo en mi poder una copia de esa carta.

Marcelo debe considerar la propuesta que se le hace porque si el problema del agua es tan serio, simplemente cerrar la llave a la hora de enjabonarse no será suficiente. Y menos para resolver el problema de las inundaciones.

La propuesta que le hacen a Marcelo, por cierto, ya se le hizo a instancias del gobierno panista, pero los panistas la rechazaron. ¿Saben por qué? Porque es una propuesta muy barata y por lo tanto para el gobierno “no es negocio”. Es decir, no hay margen para robar.

Marcelo Ebrard deberá decidir entre ser el primer gobernante mexicano que use un sistema nuevo para resolver el problema del agua en el país, o seguir perdiendo popularidad por los recortes de agua… y las inundaciones.

El único añadido que tengo es que recientemente el gobierno de Los Angeles, California, consideró multar a la gente que no empiece a recolectar y potabilizar agua de lluvia. La ley aplicaría a todas las nuevas casas y edificios que se construyan en Los Angeles, mientras que los edificios que ya existen estarían obligados a hacer esta recolección y potabilización.

Es decir, no se estaría inventando el hilo negro

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