viernes, 5 de febrero de 2010

Atentado contra la salud--Polimnia Romana

En medio de un impresionante cerco de seguridad, Calderón inauguró un centro de salud en el estado de Morelos donde fueron replegados electricistas inconformes para que no molestaran con sus peticiones y denuncias al primer mandatario, quien solicitó a los mexicanos en un discurso mentiroso que nos sumemos sin tintes partidistas en beneficio de la salud de la población.

Ya en Davos se había comprometido a crear medidas para detener el cambio climático.


Por lo visto el pelele no está enterado, o pasa por alto, que desde hace más de DIEZ AÑOS la Subcomisión de Materiales y Desechos Peligrosos de la Comisión de Ecología y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados determinó que el Centro de Almacenamiento de Desechos Radioactivos (CADER), ubicado en Temascalapa, debía ser clausurado, saneado y rehabilitado, ya que la peligrosidad de los materiales ahí depositados resulta perjudicial para la salud de la población y del medio ambiente.


A la fecha y con anuencia de las autoridades federales y estatales, no se ha realizado ningún trabajo de traslado, mucho menos de clausura, al contrario siguen depositando desechos tóxicos y radioactivos en ese lugar.


Este cementerio de materiales tóxico-radioactivos está asentado sobre un predio que pertenece a la Cuenca Cuautitlán-Pachuca, de donde extraen agua 34 municipios del Estado de México. O sea que la desidia, la incompetencia y sobre todo los intereses económicos y políticos del gobierno federal como del gobierno del Estado de México anteponen el negocio a la salud de la población.


Cuánta razón tiene López Obrador al decir que PRI y PAN son lo mismo, de ahí su negativa a las alianzas con esos partidos que son los responsables de tantos daños a la población, al medio ambiente y a la nación.


Estoy segura que los medios de comunicación cómplices del sistema no sacarán a la luz esta información, aunque la salud de sus televidentes y radioescuchas esté en riesgo. Lo que no toman en cuenta los prianistas bárbaros y abusivos es que las emanaciones tóxicas no respetan fronteras políticas, culturales, económicas o sociales, y al ser de lento avance las consecuencias de estas substancias harán víctimas a las próximas generaciones.


Ni Calderón ni Peña Nieto han tocado este tema tan delicado, pretenden que los daños que están ocasionando por su irresponsabilidad y avaricia les lleguen, como siempre, a los más jodidos. Pues se equivocan, todos vivimos bajo el mismo cielo y aunque ellos estén a salvo de un atentado, por los exagerados operativos de seguridad que los rodean, no están exentos de serios problemas de salud provocados por el deterioro ambiental que están permitiendo.

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