Que los nombres y fechas de nacimiento de Carlos Slim y Felipe Calderón son los que más se repiten entre las líneas de Telcel dadas de alta en el Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Renaut).
Hay por lo menos 5 mil registros a nombre de Calderón y otros tantos al de Slim.
Que veneno y antídoto hubo en el esperado pronunciamiento del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tec), leído en la marcha y mitin de ayer en la capital de Nuevo León.
Por una parte, se exigió la reparación de daños “a todo miembro de la sociedad civil que, siendo inocente, haya sido afectado como resultados de acciones de las fuerzas armadas y de las instituciones de seguridad pública”, y se lanzó una ofensiva contra los tribunales del fuero militar.
Por la otra, se urgió al Congreso a aprobar la Ley de Seguridad Nacional, para proveer un “marco normativo adecuado que dé certidumbre a las acciones de las fuerzas armadas”.
Que la propuesta del Tec de Monterrey sugiere seguir los ejemplos de Cali y Medellín, así como la estrategia de “ventanas rotas”, de Nueva York, a la que no se quiso llamar por su nombre original: tolerancia cero.
El Tec ofreció a cambio colaborar académicamente en la “urgente profesionalización de las fuerzas armadas y las corporaciones policiacas”.
Que en la Catedral Metropolitana la estrategia es obstaculizar la labor de los reporteros que cada domingo asisten a la cobertura de la misa que oficia el cardenal Norberto Rivera.
La primera acción fue retirar la bocina utilizada por los reporteros para colocar sus grabadoras, por lo que tuvieron que acomodarse donde pudieran para estar cerca de las bancas de los fieles, lo que ha generado algunos roces, pues los creyentes consideran que los medios son “irrespetuosos” y deben seguir los ritos de la misa.
Ayer se puso otro obstáculo: impedir el paso de los fotógrafos al pasillo central, por lo que algunos de ellos advirtieron que el próximo domingo protestarán en plena misa.
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