El sector privado asegura que la construcción de una refinería en el país resulta poco viable, ya que la capacidad mundial de refinación es muy elevada y por eso sería mejor comprar instalaciones en el exterior y destinar el dinero, que se gastaría en la construcción de la refinería, en otro tipo de proyectos productivos para México.
Según el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), dependiente del maravilloso Consejo Coordinador Empresarial, una nueva refinería costaría alrededor de 12 mil millones de dólares y adquirir una refinería en la costa del Atlántico costaría no más de 4 mil millones de dólares. Y sostiene que los 8 mil millones de dólares que podrían ahorrarse si se adquirieran los servicios de refinerías ya construidas, equivalen a 40 por ciento del total de recursos que se aprobaron para los principales programas destinados a la superación de la pobreza.
Además, el CEESP aclaró que esa cantidad es casi el doble de lo destinado al Seguro Popular, casi 14 veces lo que se autorizó para el programa IMSS-Oportunidades, o 20 veces lo canalizado al Programa de Apoyo Alimentario.
Lo que se desprende de estas declaraciones no es otra cosa que la injerencia de la iniciativa privada en asuntos que competen al Estado. Y como el Estado ya perdió la brújula desde hace rato, no tardará en atender a las recomendaciones de los acaparadores de recursos nacionales.
En primer lugar, la famosa refinería no tiene para cuándo construirse porque forma parte del Proyecto que Andrés Manuel López Obrador propuso para México. Hacerla es tanto como darle la razón. Y en segundo lugar, el gobierno espurio no va a dejar de comprar gasolinas caras a los que verdaderamente manejan los hilos del país.
El sector privado no aclaró el costo de trasladar el hidrocarburo a la refinería en el exterior ni el costo del traslado de las gasolinas refinadas. Tampoco consideró que el dinero destinado a los "programas productivos" se fue por el caño de la corrupción. La pobreza en México no sólo no ha disminuido sino que ha aumentado de manera alarmante. Ahora sí están preocupados por el pueblo pobre. ¿No que eso era populismo?
¿Cuál es el verdadero interés de la iniciativa privada en que no se construya la refinería?
Por el momento no lo sé pero me suena a una nueva complicidad con el "gobierno" espurio para seguir obteniendo beneficios económicos.
La iniciativa privada se quiere apoderar de todo, la educación básica y superior, la generación de energía, la explotación de minerales, la salud, las pensiones, las guarderías del IMSS, la seguridad pública y en una de esas el petróleo.
Es importante que la gente se haga preguntas y deje de confiar en cálculos mal intencionados, sobre todo si provienen de los que nada han hecho para mejorar la situación del pueblo y del país.
Los que bautizaron el cambio como un peligro para México, no tienen ninguna autoridad para opinar cuando el verdadero peligro está entre sus cuates
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