Para garantizar la seguridad de San Lázaro, la mesa directiva aceptó que la Policía Federal instalara un destacamento permanente en el basamento del edificio E, aun cuando existe una dirección de resguardo que vigila el interior del Palacio Legislativo.
Y de los 500 legisladores, 13 cuentan con autorización de la mesa directiva para ingresar a San Lázaro con guardias personales armados, aunque no puedan escoltarlos dentro del salón de plenos.
Se trata de:
Estela Damián Peralta (PRD), Presidenta de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación.
César Nava, ex dirigente del PAN.
Josefina Vázquez Mota, coordinadora del grupo parlamentario del PAN.
Jorge Kahwagi Macari, líder del Partido Nueva Alianza.
Emilio Chuayffet Chemor, ex coordinador de los diputados federales en la 59 Legislatura, en sustitución de Elba Esther Gordillo.
Alfonso Navarrete Prida, Presidente de la Comisión de Derechos Humanos y ex procurador mexiquense (PRI).
Pablo Escudero Morales de la Comisión de la Función Pública y Ninfa Salinas Sada, de la de Medio Ambiente, ambos del PVEM.
Isaías González Cuevas, líder sindical de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).
Víctor Flores Morales, líder de los ferrocarrileros.
Maricela Serrano Hernández, dirigente de Antorcha Campesina en el Estado de México, del PRI.
Omar Fayad Meneses, Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Hidalgo.
Y el Diputado Alejandro Moreno Merino, ex secretario particular de Leonardo Rodríguez Alcaine.
El presidente de la mesa directiva, Jorge Carlos Ramírez Marín, aseguró que la protección especial que requieren los Diputados, para moverse por la ciudad y llegar seguros al recinto legislativo de San Lázaro, se las otorga el fuero.
Aquí la pregunta es por qué sólo 13 diputados cuentan con guardias de seguridad, pagados por nosotros desde luego, y el resto de la Cámara no ha dicho ni una sola palabra al respecto.
Suponiendo que el “trabajo” que desempeñan estos 13 diputados los coloca en una situación de riesgo, hay que analizar a fondo qué es lo que realmente han hecho, o hacen, para que su vida esté en peligro.
El que nada debe nada teme.
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