El Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cuyos titulares pertenecen al círculo de confianza de Felipe Calderón, informaron que la deuda externa total de México, que comprende adeudos del sector público y del privado no bancario, llegó en enero de este año a casi 182 MIL MILLONES DE DÓLARES, lo que implicó un crecimiento de 54 POR CIENTO en los cuatro años del actual gobierno, y que este endeudamiento público y privado con agencias financieras, organismos internacionales y empresas del exterior NO TIENE PRECEDENTES HISTÓRICOS, e implicó que durante los últimos cuatro años se tuvieran que pagar 54 MIL 200 MILLONES DE DÓLARES, sólo por los intereses generados.
Dentro de la información proporcionada, se dice que a la par del incremento de la deuda externa, la emisión de BONOS DE DEUDA del gobierno mexicano en el mercado nacional ha servido de refugio para la llegada de miles de millones de dólares. Convertidos a pesos, esos recursos ascienden a 717 MIL 500 MILLONES, que ubica a los inversionistas extranjeros como los principales tenedores de valores gubernamentales.
Estos recursos forman parte de los llamados “capitales golondrinos” o “buitres”, que se mueven de país en país en busca de mayores beneficios. Autoridades de organismos financieros, el mismo Banco de México y la Secretaría de Hacienda RECONOCEN el riesgo que implican estos capitales cuyo flujo puede revertirse en cualquier momento y desestabilizar la economía del país.
No se necesita ser economista para hacer una lectura de la situación económica en la que se encuentra el país, sin mencionar el crecimiento de la pobreza, de la violencia y de la inseguridad.
¿Para qué ha servido duplicar la deuda externa?
La guerra contra el narco, a la que se ha destinado el dinero que podría estar generando empleos, ofreciendo educación y salud a la población, y reactivando el campo y la industria nacional, no logró disminuir el consumo ni el tráfico de drogas, tampoco las ganancias de los cárteles y su proliferación. El verdadero resultado es un baño de sangre injustificado, la privatización de nuestros recursos y el intervencionismo norteamericano en asuntos nacionales.
¿De verdad queremos los mexicanos seguir por este camino?
El cambio que necesita el país no va a venir del cielo y menos de parte de la derecha instalada en el país desde hace muchos años, llámese PRI o PAN, pal caso es lo mismo.
Tenemos una alternativa para dejar de endeudarnos a lo tonto y evitar que los mismos de siempre sigan gozando de privilegios mientras el pueblo paga las deudas que contraen los que dicen gobernar el país.
Participar en la política es indispensable. No basta salir a votar y elegir gobernantes sin estar informados, sin analizar el origen de los graves problemas que enfrentamos y sin identificar a los responsables.
Ya es hora de tomar al toro por los cuernos y gritar: YA BASTA.
Sí se puede lograr un cambio real. Existe un líder moral y un Movimiento Nacional al que todos pueden sumarse para protagonizar ese cambio por la vía pacífica, antes de que sea demasiado tarde
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