lunes, 26 de marzo de 2012

Perdonar sin olvidar-- POLIMNIA ROMANA

Un análisis publicado ayer por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, da a conocer que el 44 POR CIENTO de la población más pobre de México carece de cualquier tipo de seguridad social, no percibe jubilación alguna ni recibe ayuda pública asistencial, y que en esta condición también se encuentra más de la tercera parte de los sectores económicos medios y altos del país. El análisis indica que tal porcentaje llega a DUPLICAR E INCLUSO TRIPLICAR el que se registra en otros países de América Latina para el mismo tipo de población: Uruguay 19 por ciento, Costa Rica 16 por ciento y Chile sólo 13 por ciento, por mencionar algunos.

También en la primera plana de ayer en el diario La Jornada, se publicó parte de la entrevista que ofreció Andrés Manuel López Obrador al diario español El País. En ella, el candidato Presidencial de las fuerzas progresistas expresó que extiende su mano franca a todos los mexicanos, incluidos Felipe Calderón y quienes orquestaron el fraude electoral de 2006, porque tiene la convicción de que sólo mediante la reconciliación y a partir de nuevas reglas será posible sacar al país de la terrible situación en la que se encuentra. Sin dejar de reconocer que Felipe Calderón es corrupto y deshonesto, confesó que lo ha perdonado y en caso de triunfar nuevamente en las próximas elecciones no buscará venganza sino justicia.

La postura de Andrés Manuel López Obrador responde, imagino yo, a la realidad que se vive en todo el territorio nacional y que él ha podido constatar, puesto que lo ha recorrido todo, no una sino dos veces. Ante la tragedia que viven millones de mexicanos no es posible posponer, por ningún motivo personal o de grupo, la urgencia de darle solución a tantos y tan diversos problemas, todos graves.

Sin embargo, buscar la reconciliación y perdonar no implica necesariamente el olvido. De esos millones de mexicanos esperanzados por un cambio que les ofrezca justicia y bienestar para sus familias, habrá quien no pueda todavía perdonar la pérdida de un hijo, de un hermano, de un padre o de un amigo; habrá quien no pueda todavía perdonar la violación a sus derechos humanos, el ultraje, la humillación, el despojo, el desprecio, el abuso y el abandono de quienes tuvieron en sus manos forjar un mejor futuro para todos.

Para reconstruir el tejido social dañado por las malas decisiones tomadas por los gobiernos priístas y panistas, tal vez sea importante el perdón, aunque los responsables no lo hayan pedido aún, pero es indispensable que no haya olvido.

La misma CEPAL nos está diciendo que 44 POR CIENTO de la población más pobre carece de seguridad social y que en esa condición también se encuentra más de la tercera parte de los sectores económicos medios y altos del país.

¿Qué significa eso? ¿De qué estamos halando?

Un país rico en recursos naturales y culturales como México no debería haber tocado los niveles de pobreza y de abandono que estamos padeciendo por la ineptitud, la corrupción, la impunidad y el enriquecimiento de una minoría, que en su afán de permanecer en el poder y conservar sus privilegios sigue engañando a la población con discursos huecos y mentirosos, y atacando la única posibilidad que tenemos en estos momentos para realizar un cambio pacífico que permita la transformación de México.

La paz que necesitamos con urgencia requiere de ese perdón pero nada cambiará si olvidamos las causas y a los causantes de tanto dolor.

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