Hace un año aproximadamente tuve la honrosa oportunidad de pisar las instalaciones de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, siendo éste un recinto educativo de prestigio y de reconocimiento educativo con el que cuenta, por su formación con el estilo que se imprime de la congregación jesuita de un gran nivel humanístico y de una respetable ética educativa. Resulta insultante y estúpido argumentar que una prestigiosa casa de estudios como la Ibero, sea una fuente que fecunda sentimiento de resentimiento u odio entre sus directivos, académicos y alumnos que estudian y han estudiado en tan prestigiosa universidad privada del país.
Podemos contabilizar el número de instituciones educativas de corte religioso en nuestro país, y a pesar de que algunas son proclives a un corte muy conservador, nunca se ha visto una maquinación abiertamente contra un líder o representante partidista con tal efusividad como la experimentada hacia el candidato priista. Por tal razón –razón y no argumento- resulta totalmente fuera de la realidad declarar que las manifestaciones de reclamo –libre- por los universitarios de la Ibero, fueron una expresión orquestada por grupos extremistas, políticos o de organizaciones civiles en apoyo al candidato de la izquierda.
Volvamos hacer remembranza de lo sucedido en las campañas electorales del 2006, las cuales fueron marcadas por el odio y encono nunca antes visto desde el juarismo. Así mismo, recordemos que el candidato líder de las encuestas de hace seis años, era catalogado desde los altos círculos del poder y económicos como “un peligro para México”, y por tal circunstancias hubiese sido entendible que al pisar dicho candidato una institución como la Ibero en un momento de polarización y encono, resultara como lo que en la semana le sucedió al candidato del tricolor. Aun así, nunca sucedió un reproche o manifestación como tal.
Hoy la realidad y las circunstancias han puesto el escenario en una situación como profética en el discurso de hace seis años, crisis, desempleo, disminución en el poder adquisitivo, violencia, inestabilidad, etc, etc; pero aquel discurso era pregonado por el candidato de la oligarquía, contra el candidato que lideraba las encuestas de aquellas elecciones, y que ahora encabeza el movimiento progresista de éstas elecciones actuales.
La sociedad y la comunidad estudiantil pudieron haber sido engañada hace seis años con mentiras y esquemas de manipulación masiva, en esta ocasión se quiere repetir la misma dosis, ahora por medio de la mercadotecnia política. Sólo que los dueños del poder han olvidado el trágico y atroz desempeño de su CEO que habita hoy día en los Pinos, pues la sociedad misma ya no pretende repetir el error del 2006, aquel error colectivo por haberse dejado llevar por la polarización política del odio gestada desde los círculos del poder.
Para los medios alineados al régimen venidero y para aquellos voceros que ya se han vendido a su nuevo amo, seguirán defendiendo y dividiendo a la sociedad con su odio que destilan.
El Apunte
Si bien es cierto que los medios tradicionales han callado y protegido al candidato Enrique Peña Nieto, pareciera que las redes sociales como Twitter y FB han sido como esparcidores de lo que callan los medios chayoteros de siempre.
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