Nada más natural que expresiones del grupo #YoSoy132 en México o en el extranjero se desplieguen contra Enrique Peña Nieto, el detonador de su surgimiento. Solamente detonador porque el malestar estaba ya incubado en la sociedad mexicana y entre los jóvenes que en su proceso de conciencia política han registrado, 1. La imposición mediática del ex gobernador mexiquense; 2. El fraude electoral de 2006; 3. La desilusión causada por Vicente Fox entre quienes votaron por él; 4. Aun han escuchado o estudiado sobre el historial de agravios del PRI a la sociedad mexicana.
Si de estas expresiones de la realidad política mexicana se han desprendido las protestas constantes en contra de Fox y Calderón, ¿por qué habría de ser distinto con Peña? Y tal vez no tengan gran impacto mediático y, como señala Federico Arreola, quizás sean más bien para consumo local aunque se lleven a cabo en el extranjero y aun solo para cierto sector involucrado en las activas redes sociales, pero allí está y lo más seguro es que esa sea la tónica por venir durante los próximos años.
Y no sólo es el repruebo a Peña en Berlín o en su gira por Latinoamérica, también han sido pertinaces las manifestaciones en contra de Calderón en el propio país o en el exterior (como la reciente en Nueva York ya sea por el fraude 2006 o su política de guerra), o en contra de Fox en cada una de sus “conferencias magistrales por el mundo” (por cierto, se ha anunciado que Peña también dará una “Conferencia Magistral” en París; no se ha anunciado el tema).
Y no se trata de estar en acuerdo o desacuerdo con los descontentos. Simplemente representan una manifestación viva, constante ya, de la sociedad mexicana. Pero, ¿no habría en todo caso que celebrar el que una sociedad tan adormilada por años, tan domesticada para el consumo de las noticias de la televisión nacional, del informe oficial de las giras y actos de los funcionarios mexicanos, tenga otra perspectiva y la exprese?
Piénsese en la señal que significa hacia el futuro, en el posible florecimiento de una sociedad más informada, más crítica, más alerta en contra de los abusos de la corrupción, el “mal de males” de la política nacional y sus políticos. Quizá se encuentre en este despertar, que ya tiene al menos cinco años en una expresión como el MORENA y ahora con el #YoSoy132, un antídoto contra la corrupción, sobre todo hoy que retorna al poder ejecutivo el partido que ha sido la encarnación histórica, el campeón, de la corrupción nacional y el autoritarismo.
El 132 tiene suficientes detractores gratuitos en los medios de comunicación formales predominantes (columnistas de El Universal y Milenio como Alemán y González de Alba, por ejemplo), quienes, más visceral que racionalmente, atacan al grupo, defienden a Peña a ultranza y serán el contra balance de dicha visión. A final de cuentas, no es deseable una perspectiva monolítica del país y tampoco es de esperarse, lo ha dicho ya nada menos que el polémico Hugo Chávez parafraseando una canción popular, que un político sea “monedita de oro pa’ caerle bien a todos”.
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