Federico Arreola30 de Octubre, 2009 - 07:03 | 30 comentarios
Leo en Excélsior a Adela Micha. Elogia en su columna la protesta de los tuiteros contra el impuesto a internet. Estoy de acuerdo: ha sido muy importante lo que ha ocurrido en tuiter. Lo único que pediría es que nadie celebre si se elimina o disminuye el impuesto a las telecomunicaciones, pero se mantienen todos los demás. Simplemente porque será injusto que las manifestaciones tuiteras de inconformidad sean usadas por los senadores para tranquilizar sus conciencias. El tuiterismo no debe servir de cortada a los políticos que comenten crímenes contra la economía de los mexicanos.
Leo también en Excélsior a Francisco Garfias, quien dice que a Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, empieza a pesarle que la opinión pública lo considere uno de los promotores de los nuevos impuestos. Qué delicado el novio de La Gaviota. Peña Nieto ha defendido más que nadie el aumento en los impuestos, y ahora busca que no se le culpe por eso. ¿Por qué el gobernador mexiquense ha apoyado tanto el paquete fiscal? Porque le conviene, particularmente porque le dará recursos extraordinarios para seguir promoviendo su imagen en las televisoras. Ese, y algunos otros despilfarros, serán financiados con los impuestos a punto de aprobarse.
Leo en El Universal a Salvador Camanera:
“Milenio formuló la siguiente invitación:… vean, he aquí un tipo que debe ser sujeto de escrutinio. Miren sus bienes, sus comunicaciones, gustos, compañías y pasatiempos…. no (ha) violado ley u ordenamiento alguno. Ni… fue captado escandalizando. Pero lo descubrimos… con tenis caros, y ha paseado en barco, ido a Nueva York e intercambia mensajes con sus amig@s… merece ser exhibido por ser hijo de quien es. La importancia de su padre nos permite violar su derecho a la privacidad… Lo que hizo Milenio… con Andrés Manuel López Beltrán podría convertirse en un riesgoso antecedente sobre los límites del quehacer periodístico. Porque mientras es válida la discusión sobre cuánto de la vida privada de un personaje público puede ser objeto de investigación periodística, no debería haber duda de que la privacidad de los sujetos no públicos es inviolable. ¿O los hijos de personajes públicos pierden su derecho a no ser molestados?”.
Esa columna de Camarena se la voy a recomendar, con aprecio, a Jorge Fernández Menéndez, quien en Excélsior puso en el mismo paquete al líder del SME, a René Bejarano y al hijo de AMLO. Querido Jorge: Creo que no deben ser mencionados en las columnas, para mal, quienes no son figuras públicas. Y Andrés Manuel López Beltrán no lo es.
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