viernes, 18 de diciembre de 2009

Declaración desafortunada Polimnia Romana

Es una pena que el presidente de una nación declare que la muerte de un ciudadano es un logro de su gobierno. En un estado de derecho donde se respetan las leyes, lo esperado es que quien comete una falta, sea la que fuere, se someta a un juicio en el que se determine su sentencia por el delito cometido.

Sobre la descomposición del hombre, Tolstoy escribió: “…lo monstruoso de esas actitudes no es que sean crueles como respuesta a un impulso o bajo el influjo de sentimientos que se imponen a la razón, sino que se toman en nombre de la razón y con arreglo a cálculos que se imponen a los sentimientos”. No se puede hablar de labor de inteligencia en la lucha contra el crimen si se resuelve mediante un crimen el conflicto.

Es el peor ejemplo para una sociedad que se encuentra, precisamente, en un proceso de descomposición. Es como la madre que golpea al hijo para enseñarle que no debe golpear a sus semejantes.Una verdadera labor de inteligencia sería confiscar los bienes de los culpables, descubrir sus ligas con los elementos de seguridad y del ejército que les han permitido establecerse en todas las plazas del territorio nacional, y aplicar la ley sin distingo. La violencia sólo genera violencia y más temprano que tarde veremos la respuesta del crimen organizado ante la muerte de uno de sus cabecillas. Calderón dejó en claro que el gobierno federal seguirá en la lucha para hacer de México un país de leyes y de libertades, donde las familias puedan vivir tranquilas y en paz.

¿Quién puede vivir en paz en medio del fuego cruzado que desató Calderón cuando emprendió una guerra desorganizada contra el crimen organizado?¿Quién puede vivir en paz en un país en el que la milicia viola los derechos humanos sin recibir castigo?¿Cómo habremos de tener tranquilidad y paz si la crisis económica está orillando a miles de jóvenes a sumarse a la delincuencia por falta de educación y oportunidades? Si la estrategia de esta guerra es dar muerte a los delincuentes, ¿por qué no mataron al Chapo Guzmán en vez de liberarlo por la puerta de atrás? Hay muchas interrogantes que el pueblo se hace, a pesar de la ignorancia y la marginación en las que lo tiene sometido el gobierno, y también hay una respuesta contraria a la de Calderón en el corazón de los hombres y de las mujeres de buena fe, que afortunadamente son muchos en México.

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