domingo, 20 de diciembre de 2009

Empezó la guerra sucia del PRIAN contra Dante Delgado

Víctor Hernandez
Podrá opinar cada quien lo que quiera de Dante Delgado, pero es obvio que al PRI y al PAN ya los puso nerviosos.

Lo digo porque ayer un call center envió llamadas automatizadas a los veracruzanos para preguntar sus opiniones sobre dos posibles candidatos a la gobernatura de Veracruz (las elecciones son en 2010): Miguel Ángel Yunes Márquez, del PAN, y Javier Duarte de Ochoa, del PRI.

Sin embargo, la llamada automatizada no preguntó sobre Dante Delgado, quien busca la candidatura de la alianza PRD-PT-Convergencia y quien además es uno de los políticos mejor posicionados para ganar la gobernatura de Veracruz.

¿De qué se trata? ¿De hacerle creer a los veracruzanos que solamente hay dos opciones para votar y que esas opciones son el PAN y el PRI?

Lo curioso del asunto es que hace apenas un mes y medio un call center trató de medir la opinión sobre Javier Duarte de Ochoa ante los veracruzanos por medio de llamadas automatizadas. Al parecer al PRI le preocupó que Duarte de Ochoa votó a favor de los aumentos al IVA y al ISR propuestos por el PAN, por lo cual la llamada preguntaba a la gente si estaba de acuerdo o no con el alza a los impuestos.”

Es decir, primero querían saber qué tan enojados estaban los veracruzanos con lo que hicieron el PAN y el PRI, y ahora pretenden posicionar a estos dos partidos—que agredieron a los veracruzanos con los aumentos a los impuestos—omitiendo la existencia de Dante Delgado.

Insisto: cada quien podrá tener la opinión que quiera de Dante Delgado. Pero lo que es una cochinada es que el PRIAN, luego de agredir a los mexicanos con más impuestos, pretenda posicionarse ante el electorado veracruzano como su fueran las únicas opciones para votar y omitiendo la existencia del único posible candidato a gobernador de Veracruz que se opuso al alza a los impuestos: Dante Delgado.

Eso también es guerra sucia. Y muestra la preocupación del PAN y del PRI ante la posibilidad real de perder la gobernatura veracruzana por sus propias pifias.

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