sábado, 31 de julio de 2010

TRASCENDIO

Que la crisis del penal de Lerdo y los periodistas rehenes en Durango apuntan a ser la gota que derrame el vaso de la paciencia del gobierno federal.

Se habla de que la próxima semana el presidente Felipe Calderón desafiará abiertamente a legisladores y autoridades locales que, desde la óptica de Los Pinos, están más interesados en sacar raja de la crisis de inseguridad que en sentarse de inmediato para replantear la estrategia en la lucha contra el crimen organizado.

Que, dos de las redes sociales. Una, que el crimen organizado tocó muy de cerca en los días recientes al gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández.

Dos, que el cártel de Juárez ofrece una recompensa de un millón de dólares por la cabeza del famoso sheriff cazamigrantes en Arizona, Joe Arpaio.

Que en su calidad de presidente de la Comisión contra la Impunidad de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Juan Francisco Ealy Ortiz “condenó el secuestro que mantiene bajo cautiverio a periodistas desde el pasado lunes en Durango, e hizo un llamado para que la autoridad abandone la inactividad que la ha caracterizado frente a las reiteradas agresiones contra informadores”.

Que algunos priistas, váyase a saber con qué intenciones, propalan la versión de que Beatriz Paredes planteó la semana pasada en una reunión con cenecistas que, debido a los complicados procesos electorales de 2011, se tendría que evaluar el posible aplazamiento del relevo en la presidencia nacional del partido.

Los asombrados cuentan que hasta el tono de voz de Roberto Madrazo adoptó la presidenta del PRI.

Que hablando de Beatriz Paredes, sorprendió que el jueves en Guadalajara, en la cena previa a la inauguración del estadio Omnilife de las Chivas, no se le invitara a compartir la mesa de honor con el presidente Calderón.

Que la mejor de las suertes para nuestra querida ex compañera Marcela Gómez Zalce en su encomienda como jefa de la Oficina de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal.

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