No es casualidad que el D.F. se haya mantenido como la ciudad menos peligrosas del país, la apuesta por la izquierda fue definitiva para la implantación de programas sociales que detuvieron el deterioro económico y de bienestar de los capitalinos, especialmente durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, que se preocupó por crear preparatorias, una universidad, hospitales, apoyo para madres solteras, adultos mayores y discapacitados, entre otros de cultura y esparcimiento.
El titular de la CDHDF, Luis González Plascencia, declaró con preocupación sobre el fenómeno creciente de las personas que vienen a refugiarse a la capital porque en sus estados aumentó la delincuencia y la violencia de manera exagerada, al tal grado que los obliga a abandonar sus hogares en sus lugares de origen.
El ombudsman capitalino también señaló que esa población que se refugia en la capital pertenece a todos los estratos sociales porque no sólo se trata de personas con posibilidades de establecer sus fuentes de trabajo en el D.F., sino de gente que carece de empleo y está dispuesta a realizar cualquier actividad con tal de salir del peligro en el que viven.
Esto nos habla de un problema que puede generarse en la capital porque resultaría imposible ofrecerles a todos lo que en sus estados no han obtenido.
Lo más razonable para evitar un colapso en la ciudad y mejorar las condiciones de vida en el resto de los estados, es sacar del poder a los gobernadores y funcionarios corruptos que han generado con su ineptitud y corrupción el estado de violencia en los estados que dicen gobernar.
Hay que copiar los programas sociales que han salvado a la ciudad. Hay que dar cabida a los jóvenes en todo nuestro Pais.
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