Imposible creer en elecciones sin mácula en un país donde la estructura ética de todas las instituciones ha sido desarmada. Donde el Ejecutivo ha sido usurpado con la venia de todos los partidos políticos que han renunciado a las diversas ideologías y que se encuentran manejados también por las mafias que todo lo deciden a favor de la clase empresarial y política.
El IFE dejó de ser en el momento mismo en que fue contratado un cuñado del actual usurpador para organizar la elección a modo que acabó con el país más o menos seguro que México fue hasta que Calderón llegó a satisfacer sus instintos asesinos y para lograr una legitimación, que jamás tendrá, se convirtió en genocida. No es posible creer en las elecciones en México. Pero igual es diáfano que el pueblo mexiquense quiere que Encinas sea el próximo gobernador de ese Estado.
Harto que está el pueblo mexicano del PRI y del PAN y además Encinas no es un Jesús Ortega más. Pero todo está preparándose ya, con la ayuda de los medios de comunicación a modo, para no dejar llegar llegar a Encinas. Se dice que el PRD ya anunció que no va a reconocer el triunfo del PRI en el Estado de México. No se puede reconocer lo que se sabe de antemano que no va a suceder. El PRI no va a ganar sin fraude. Encinas se ha llevado de calle a sus otros dos contrincantes en los debates, es el preferido en una elección sin mácula y arrasaría si se dejara elegir a los ciudadanos.
En 2006 AMLO y el movimiento ciudadano no reconocimos el resultado, porque el resultado que se acabó imponiendo por traidores a la patria, era falso. La elección fue fraudulenta. Como se prepara ya para que sea fraudulenta la elección que se celebrará en el Estado de México en unos días.
No se impugnaron en 2006 todas las casillas, más allá de que porque la ley electoral de manera tramposa anula del todo cuando el resultado es favorable al no elegido para que gane fraudulentamente la elección, porque en el caso de Yucatán, me consta, cambiaron a los funcionarios de casilla, poniendo a panistas en las casillas. E, incluso así, tan mal lo hicieron, que las urnas se encontraron llenas de “inconsistencias”, como el propio Tribunal Electoral, mafioso también, reconoció.
No podemos, no debemos, seguir haciéndonos tontos queriendo ganar a pesar de que Encinas sabe que está jugando con cartas marcadas.
México espera por una necesaria refundación y eso pasa por un nuevo Constituyente que marque de nuevo, de cero, las reglas del juego para la firma de un nuevo pacto social.
Dice algún a modo, que al denunciar que se prepara un fraude en el Estado de México, “... se genera una enorme desconfianza en las instituciones y en particular con las democráticas...”. ¿En cuáles?, le preguntaría. ¿En las instituciones a las que antes se les desarmara su estructura ética? ¿Es válido pedir que se crea en ellas? ¿No será al revés una tontería el seguir creyendo en una democracia que no existe y que es parte de la farsa para continuar justificando que en México toda elección sea fraudulenta, lo que demuestra el nulo respeto de los que manejan las instituciones para con los ciudadanos?
Aseguran ¿sin un ápice de duda? que “... las encuestas en el Estado de México son bastante claras. Va a ganar el PRI y por un amplio margen... Afirman que “la izquierda tendrá un segundo lugar, que si sabe aprovechar le puede servir para proyectarse como una alternativa competitiva en 2012. Si se radicalizan, como ya están anunciando, lo más probable es que dilapiden, de nueva cuenta, la posibilidad de crecer electoralmente. Buena parte de las opiniones negativas que les impiden avanzar electoralmente tienen que ver justamente con esta actitud...”. Se suman al sistema tratando de convencer que pelear por los derechos es ser radical. Y que el conformismo es lo que la sociedad, educada por la telebasura, evidentemente, aplaude. Se equivocan al no querer ver el hartazgo incluso de esa sociedad amorfa y convertida en apática que más pronto que tarde va a despertar de manera violenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario